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El "hielo negro" de los AC/DC arde en Sevilla bajo 60.000 hijos de Satán

EFE

El penúltimo concierto de "Black Ice tour", la gira que AC/DC inició en 2008, ha convocado hoy en Sevilla a más de 60.000 seguidores del grupo australiano liderado por los hermanos Young que, portando camisetas negras y cuernos de diablo, han vibrado con cada uno de los acordes del incombustible Angus.

Sevilla ya era un infierno antes de la irrupción de la banda en el escenario del Estadio Olímpico de la capital andaluza, cuyos termómetros marcaban cerca de los 30 grados poco antes de las 21:00 horas.

Pero el verdadero fuego llegó cuando "el tren del rock" de los australianos se estrelló en el estadio de la Cartuja, tras una impresionante proyección, en las tres pantallas gigantes que rodeaban el escenario, en la que un diablo de dibujos animados vestido de colegial se enfrentaba a dos chicas con poca ropa por el control de un ferrocarril.

Después de la colisión y de un espectacular efecto de fuegos artificiales, Angus Young saltaba al escenario con su atuendo habitual, seguido del carismático vocalista Brian Johnson, que no ha escatimado en simpatías y referencias al público sevillano durante todo el concierto.

Pronto la banda hacía estallar el estadio y a todos los que estaban dentro con la interpretación del clásico "Back in Black", que consiguió que miles de los allí congregados siguieran los rasgueos eléctricos del irreverente colegial con sus guitarras imaginarias.

Poco después de un enérgico "Big Jack" Angus perdía la gorra de colegial en uno de sus continuos saltos, dejando al descubierto su ya avejentada cabellera, uno de los pocos indicios que demuestran los 55 años de este eterno joven.

Con el poderoso y eléctrico "Thunderstruck" Johnson consiguió que todo el público invocara el poder del trueno, que acabó manifestándose nuevamente en las manos de los hermanos Young y sus rasgueos de guitarra.

Sin duda uno de los momentos más especiales del concierto llegó con "She's got the jack", que además de provocar que muchas mujeres se quitaran la camiseta frente a las cámaras que grababan el espectáculo, acabó con un divertido estriptis de Angus, cuyos calzoncillos con el símbolo de la banda marcado en el trasero expuso a los miles de asistentes.

Los allí presentes vitorearon entonces a la española, por segunda vez en la noche, a la banda de australianos y, especialmente, al chico malo vestido de estudiante, que desde ese momento continuó el concierto sin camiseta y empapado en sudor hasta el final.

La cita con Sevilla estaba ya sentenciada como un éxito mucho antes de acabar el concierto cuando Johnson se colgó de una campana y comenzó a sonar "Hell Bells", que terminó con otro espectacular solo de Angus Young.

Tras la animadísima "Shoot from thrill" la banda inició la recta final del encuentro, cargada de proyecciones audiovisuales y un escenario lleno de sorpresas, como la de una muñeca gigante bailando medio desnuda sobre el tren descarrilado que se ubicaba detrás de la batería de Phil Rudd.

En otro gran momento de la cita el público se desgañitaba coreando el estribillo de "You shook me all night long", dejando claro por parte de la banda que aún quedaba mucha noche que agitar.

La penúltima guinda antes del bis la volvió a poner Angus, con un irrepetible solo de guitarra de más de 20 minutos que hizo a alguien del público exclamar "yo quiero un abuelo así".

El concierto parecía haber acabado, pero los miles de incondicionales se resistían a dejar el escenario, y tras varios minutos lograron su propósito: los AC/DC regresaron al escenario, como era de esperar, y lo hicieron nada menos que a través de su "autopista al infierno" ("Highway to hell"), el gran clásico del grupo.

Al final, un catártico Angus Jones combatiendo con sus solos de guitarra los cañonazos disparados al público desde las pantallas despidió un encuentro irrepetible en la capital andaluza.

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