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El hombre que se inventó el escenario actual

Una muestra explica la visión de la iluminación del actor Edward Gordon Craig

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¿Qué vio Isadora Duncan en un playboy derrochador para considerarlo el hombre de su vida? El actor y escenógrafo Edward Gordon Craig (Inglaterra, 1872-1966) no contaba con los mejores antecedentes en 1904, cuando se encerró varios días con la bailarina en una habitación.

Padre de diez hijos reconocidos y enfrentado con algunos colegas, se ganó el afecto incondicional de Duncan con su fuerza creativa. 'Craig rompió con la idea del escenario pictórico con una simplificación y una visión inédita de la iluminación', explica José Guirao, director de La Casa Encendida, que mañana inaugura una muestra sobre el director.

La exposición se distribuye en tres salas temáticas. La primera alude a circunstancias que marcaron la infancia de Craig, como su estatus de hijo ilegítimo del arquitecto Edward Godwin, del que se exponen muebles de inspiración japonesa, y de la actriz más célebre de la época victoriana, Ellen Terry.

El joven Edward creció entre bambalinas bajo la protección del nuevo compañero de su madre, el también actor Henry Irving, y 'no tardó en darse cuenta de que nunca podría superar el talento de sus padres', agregó Aurora Herrera, comisaria de la exposición.

Su debilidad por el grabado también aparece documentada con varios libros de poemas e ilustraciones. Tuvo grandes maestros como sir William Nicholson (1872-1949), figura clave en el cartelismo. Estos conocimientos le sirvieron para fundar las revistas The Page, The Mask y The Marionette, especializadas en artes escénicas; en las que llegó a usar hasta 54 seudónimos.

La segunda sala aspira a ser un laboratorio escénico en el que el visitante puede convertirse en actor mientras una cámara lo graba en una escalera y su imagen se proyecta interrumpida por los esbozos de Craig. Al mismo tiempo, se pueden escuchar grabaciones radiofónicas de la BBC en las que el escenógrafo explica su visión de la iluminación en el teatro.

Pero donde mejor representada está su visión rompedora del teatro como un arte total es en la tercera sala. Su voluntad de generar varias escenas en una a través de biombos y rejas, y su relación con el cinetismo y el futurismo se adivinan en las maquetas prestadas por la Universidad de California y en sus dibujos de escenografías y figuras de actores. A partir de 1930 se sumió en la oscuridad del revisionismo, pero para entonces ya había logrado iluminar la escena teatral.

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