Centenares de presos palestinos emprendieron hoy una huelga de hambre de un día de duración en protesta por el previsto endurecimiento de sus condiciones penitenciarias que anunció el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Según un comunicado del director general del Ministerio palestino para Asuntos de los Presos, Ziad Abu Ein, los 7.000 reclusos palestinos en las cárceles israelíes se han sumado a la huelga de hambre.

Abu Ein dijo que la huelga de hambre es una "medida de protesta y un mensaje de advertencia por las medidas racistas que Israel está tomando contra los presos palestinos y árabes".

Sin embargo, el portavoz del servicio de prisiones israelí, Sivan Weizman, aseguró a EFE que sólo los internos de la organización islamista palestina Hamás, "unos cuantos centenares", han seguido la huelga en cinco establecimientos penitenciarios, donde rechazaron el desayuno.

Weizman dijo que las autoridades israelíes no consideran que se trate de una huelga de hambre ya que para ellas esa medida pasa por rechazar seis comidas en un plazo de 48 horas.

El portavoz del servicio de prisiones israelí explicó que a los reclusos que rechacen la comida se les prohibirán las visitas y que sólo podrán salir al patio durante una hora, cuando habitualmente se les permiten entre dos y cuatro horas y media.

La huelga se produce después de que la semana pasada el primer ministro israelí declarase que su Gobierno endurecerá las condiciones penitenciarias de los presos palestinos.

Netanyahu efectuó este anuncio tras el rechazo de Hamás a proporcionar una prueba de vida del soldado israelí Gilad Shalit, tal como solicitó el Comité Internacional de la Cruz Roja.

Shalit fue secuestrado por militantes de Hamás y otras fuerzas palestinas en una base del Ejército israelí al sureste de la franja de Gaza en junio de 2006.

Sus captores demandan la puesta en libertad de un millar de presos palestinos a cambio de la liberación del soldado.