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La huella del agente naranja persiste en Vietnam

Los manglares del Mekong no han recuperado su riqueza genética tras la guerra

NUÑO DOMÍNGUEZ

Los manglares del delta del río Mekong, en Vietnam, van recuperando poco a poco su verdor más de 30 años después de que el ejército de EEUU los arrasara. Sin embargo, este bosque, uno de los manglares más grandes del mundo, tardará aún décadas en volver a ser lo que era. Así lo indica un estudio en el que han participado investigadores españoles y que señala que la variedad genética en este ecosistema aún no se ha recuperado del efecto devastador del agente naranja con el que se exterminó la vegetación de las junglas vietnamitas.

'La riqueza genética permite aumentar la posibilidad de supervivencia de un ecosistema', explica el investigador del CSIC Carlos Duarte, uno de los autores del estudio, publicado en Marine Ecology Progress Series.

Entre 1962 y 1971, el ejército estadounidense arrojó casi 80 millones de litros de agente naranja sobre la jungla de Vietnam. Su nombre venía del color de los bidones en los que se transportaba. Era un herbicida que cubría los campos como si fuera niebla, olía a ajo e irritaba los ojos. Las dioxinas que contenía mataron a cientos de miles de personas y causaron deformaciones a medio millón de recién nacidos, según el Gobierno de Vietnam. Pero el objetivo principal era arrasar la vegetación y las cosechas para dejar al Vietcong sin refugio ni sustento. La fumigación arrasó miles de kilómetros cuadrados de manglar, señala Duarte.

Tras la guerra, el Gobierno repobló la zona con una sola especie del género Rhizophora. Otro árbol endémico, el Avicennia alba, tuvo que recuperarse por sí solo casi desde cero. El equipo tomó a esta especie como representante del ecosistema porque es endémica, se recuperó sola y es una de las primeras en colonizar nuevos territorios. En 1998, tomaron más de 200 muestras de estos árboles y estudiaron su ADN. Los resultados, que acabaron de analizarse en 2001, indican que la recuperación de la riqueza genética requiere muchas décadas más, señala Duarte. El problema podría solucionarse antes si hubiera un programa de repoblación equilibrado, lo que aún no existe en la zona, concluye.

Casi 40 años después del último rociado con agente naranja, el producto aún causa problemas de salud a tres millones de personas.

Vietnam estima que, sólo durante la guerra, murieron 400.000 personas y, desde entonces, ha nacido medio millón de bebés malformados. Millones de habitantes aún están expuestos a las peligrosas dioxinas, que causan cáncer y malformaciones.

El Ejército de EEUU arrasó el 12% del país. La estrategia diezmó miles de kilómetros cuadrados de manglar.

Según el investigador Carlos Duarte, el sureste asiático ha perdido el 70% de sus manglares.

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