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Ningún ser humano puede ser "ilegal" para el autor de "Corazón partío"

EFE

El cantautor español Alejandro Sanz considera que "ningún ser humano puede ser ilegal", defiende la "urgente" necesidad de una reforma de las leyes de migración de EE.UU. y cree que los muros solo crean ganas de derribarlos.

Sanz, uno de los artistas españoles más reconocidos en el mundo con más de 22 millones de álbumes vendidos y decenas de premios internacionales, incluyendo 15 Grammy latinos, recibirá hoy en el Kennedy Center, el "Premio Visión" de la Fundación Herencia Hispana por su labor altruista.

"Una de las cosas que quiero tocar (en la ceremonia) en algún momento es de lo de la reforma migratoria. Ningún ser humano puede ser ilegal, no llamen a los seres humanos ilegales; ilegales son las acciones", subrayó en una entrevista con Efe.

"Creo que la reforma migratoria es urgente y que es justo además que exista. Creo que no se debe criminalizar a la gente por no tener papeles", enfatizó Sanz, quien no obstante es consciente de que sería una "utopía" mantener las fronteras abiertas.

Tras señalar que también España ha afrontado la llegada de inmigrantes africanos en "pateras" (balsas improvisadas") en situación muy "precaria", subrayó que, al final, "no se trata de dar lecciones sino de fijarse en los errores de unos y otros" y "lo primero es atender a esas personas".

Por ello considera que en Estados Unidos, donde hay cerca de 11 millones de indocumentados, la seguridad fronteriza no debe estar en manos de grupos civiles como los "Minutemen", y la solución pasa por "regularizar la situación de las personas que se pueden regularizar" y "siempre tratando a la gente con humanidad".

Sanz rechaza la construcción de muros: "aprendamos de las lecciones que nos han dado los muros a lo largo de la historia... al final, el único afán de la gente es poder tirarlos", aseguró.

El artista madrileño, de 41 años, hizo un paréntesis en la gira de promoción de su álbum "Paraíso Express", para recibir el galardón por su labor altruista, incluido su apoyo al grupo "Médicos sin Fronteras".

"Lo quiero recibir con toda la humildad del mundo pero también con todo orgullo, el orgullo que siento por mi profesión, porque la gente de mi gremio, los artistas, siempre decimos "presente" cuando hacemos falta en algún tipo de catástrofe", aseguró.

El intérprete de "Corazón partío", "No es lo mismo" y otros éxitos ha conseguido otro "número uno", a juzgar por los ratings en España y América Latina, con el tema "Buscando el paraíso", escrito con la estadounidense Alicia Keys y en el que invita al público a buscar su paraíso.

Los "paraísos" terrenales de Sanz, según enumeró, incluyen la armonía de su equipo, la creación de un tema, la aceptación del público, los conciertos y, por encima de todo, el presenciar el nacimiento de su hija.

Más que llenar escenarios su mayor satisfacción es "llegar a la gente" y que ésta "salga de los conciertos feliz", por lo que las exigencias de las giras no le incomodan.

Procura, por lo demás, "empaparse" y sentirse "uno más" en cada uno de los países que recorre, ya sea México, Chile, Argentina, EE.UU. o Brasil.

Cansado por el viaje y luciendo una barba sin afeitar, a Sanz se le borra la sonrisa cuando habla de la tasa de desempleo en España, de cerca del 20 por ciento, y la polarización política, dos asuntos que, insistió, le preocupan "bastante".

"Tengo la suerte de tener un trabajo y además tener un trabajo que me gusta, pero hay muchas familias enteras que no lo tienen y es algo impresionante", dijo Sanz a manera de reflexión.

"Me parece que hay una crispación tal que no nos lleva a ningún lado. Los políticos hoy en día miran más por sus propios partidos; unos por mantener el poder y otros por alcanzarlo, y se olvidan de los países, se olvidan del país en concreto", lamentó.

Sanz opina que la misión de los artistas es entretener pero también "crear conciencia", y recuerda que desde siempre "han participado de las grandes 'revoluciones' sociales", en respuesta al llamado "de defender los derechos y libertades sociales".

"Creo que nuestra herramienta de trabajo es la sensibilidad y esa materia primera es un arma muy poderosa", observó.

Sanz, que cuenta con más de un millón de seguidores en Twitter, considera que las redes sociales son otra arma potente y "fascinante" que le permiten acercarse a sus fans.

También valora mucho su espontaneidad -se autodescribe "impulsivo"- y no quiere ser "un artista muñequito que parezca todo perfecto y que nunca dice una palabra más alta que otra o no se equivoca jamás".

"Me gusta el aspaviento cuando hace falta", bromeó.

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