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La independencia está en sus manos

ANC ultima los preparativos para la gran cadena humana con la que pretende cruzar Catalunya exigiendo la independencia, y que no apoyan PSC, PP y Ciutadans.

ROGER XURIACH

El 23 de agosto de 1989 un millón y medio de personas salieron de sus casas para realizar una cadena humana de más de 600 kilómetros de distancia. El recorrido conectó Vilnius con Riga y Riga con Tallin. Las capitales de Lituania, Letonia y Estonia se dieron literalmente la mano para rebelarse contra el dominio soviético. Un año más tarde, los países bálticos declaraban el final del sometimiento de la URSS -aunque no sería hasta 1991 que su secesión sería reconocida internacionalmente-.

Casi un cuarto de siglo después, Catalunya prepara para la Diada su particular revisión de aquella efeméride. El objetivo es el mismo: un grito pacífico en favor de la independencia. El nombre, similar: de la Via Báltica a la Via Catalana. Y el trayecto a recorrer, aunque algo menor, igual de impactante: 400 kilómetros, los que separan la Jonquera (Alt Empordà) de Alcanar (Tarragona). Detrás de la iniciativa, una Assamblea Nacional Catalana (ANC) que espera repetir el éxito de la multitudinaria manifestación del pasado 11 de septiembre.

Conectar Catalunya de punta a punta. De norte a sur. La cadena humana organizada por la ANC, que cuenta con más de 300.000 inscritos, va tomando cuerpo. Desde la organización popular sólo se escuchan mensajes de optimismo. Están convencidos de que será todo un éxito. 'Sólo faltan por cubrir los tramos de las tierras del Ebro, algo lógico si tenemos en cuenta que es la zona menos poblada de Catalunya. Pero la cadena saldrá adelante', declara a Público su presidenta, Carme Forcadell.

Aún hay tiempo para acabar de sumar efectivos y la ANC se centra ahora en pedir un esfuerzo a los barceloneses para que acudan a los puntos menos concurridos del territorio. 'Estamos acostumbrados a celebrar la Diada en Barcelona. Lo vimos, sobre todo, el año pasado: mucha gente de fuera acudió a la capital catalana para manifestarse. Esta vez pedimos un cambio de hábito. Que los barceloneses se desplacen', recuerda Forcadell.

El circuito de la Via Catalana se inspira en la antigua Via Augusta, por lo tanto recorre el litoral y deja fuera gran parte de la provincia de Lleida, que se implicará igualmente ayudando a cubrir los tramos del sur. Los organizadores defienden esta ruta porque, aunque no es prioritario, la cadena humana podría tener continuidad en la Comunidad Valenciana y la Catalunya Nord. Si a nivel de convocatoria el reto ya es complejo, el entramado logístico necesario para llevar a cabo con éxito la cadena no es menos costosa.

'Sabemos que es un reto importante. Estamos pidiendo a la gente un trabajo extra: que se inscriban, que se desplacen... Por eso estamos trabajando con ensayos previos para hacer pedagogía', subraya Forcadell. No en vano, durante todo el mes de agosto se están programando distintas cadenas humanas de carácter local -están previstas un centenar antes de la oficial- para que la ciudadanía pueda conocer la metodología de funcionamiento.

En total serán 722 tramos por cubrir, con sus responsables de área situados cada 500 personas. La implicación de la ciudadanía está siendo clave y va mucho más allá de la mera adhesión a la iniciativa. Ferran Civit, coordinador nacional de la ANC, hace especial hincapié en el rol de los voluntarios: 'Habrá cerca de unos 5.000 que tendrán una responsabilidad directa en la cadena', confirma a Público.

Inscritos al margen, estos voluntarios harán tareas de todo tipo: desde controlar los desplazamientos (se estima que se alquilarán 1500 autobuses) a fotografiar los segmentos de cada tramo para acabar inmortalizando todo el recorrido en una instantánea histórica -al más puro estilo StreetView de Google-. Por si fuera poco, habrá aviones ultraligeros que recorrerán la costa catalana para testificar en acta notarial el éxito de la cadena. Según cálculos del coordinador, el cómputo de voluntarios podría ascender a los 30.000.

La financiación, recuerda Civit, corre a cargo de la ciudadanía. Donaciones, cuotas de socios de asambleas locales y ventas en merchandising servirán para sufragar el coste de la iniciativa. 'Todos los que se están implicando en la cadena lo hacen de forma altruista. La movilización recuerda a la de los Juegos Olímpicos de Barcelona, sólo que sin el mismo presupuesto en formación que sí hubo aquel 1992', concluye. En este sentido, el Govern sólo pondrá a disposición del acto dispositivos especiales que velen por la movilidad y la seguridad; algo habitual, por otra parte, en cualquier manifestación o convocatoria masiva.

La ANC ha reservado dos tramos institucionales en la Via Catalana. Uno, delante del Parlament de Catalunya; el otro, en la Plaça Sant Jaume. 'Somos una organización transversal pero también tenemos claro que el camino hacia la independencia hay que hacerlo de la mano del Govern y los representantes parlamentarios. Por eso cedemos de forma simbólica este espacio. Es una forma de presionar a nuestros dirigentes para que convoquen cuanto antes la consulta', sugiere Forcadell.

La cadena, que pasará por 86 municipios, ya ha recibido la adhesión de varios de sus alcaldes. Xavier Trias, alcalde de Barcelona, confirmó su presencia 'a título individual'. Pero sin duda la presencia que más fuerza otorgaría a la Via Catalana sería la del President de la Generalitat, Artur Mas. Forcadell confirma que hasta finales de la semana que viene no le enviarán la invitación oficial, con lo cual aún no tiene respuesta.

Sin embargo, cree que por su compromiso con la consulta, Artur Mas debería acudir: 'Estamos convencidos de que el Govern y el Parlament estarán en la cadena humana. Muchos de los parlamentarios que apoyan la consulta ya lo han hecho público. Sin embargo, nos gustaría que también participara Artur Mas. Si considera que, como en la manifestación del año pasado, no debe hacerlo, lo entenderemos. Pero creemos que sí debería porque el año pasado él se comprometió con el pacto fiscal y éste, con la consulta. Si el año pasado sólo le pedimos que nos diera apoyo, este año le pediremos que participe'.

Quien sí participará en la cadena será el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, de 83 años. Un gesto que Carme Forcadell espera convertir en ejemplo para el resto de participantes: 'Nos llamó y nos dijo: '¿Dónde costará más de llenar la cadena?' Cuando le dije que en las Terres de l'Ebre, no lo dudó: 'Pues allí me iré'. Siendo una persona mayor, es un detalle que le honra', sostiene. Pujol participará en la carretera N-340 de El Perelló, en la comarca del Baix Ebre. Nuevamente, Forcadell no oculta la dimensión de su presencia: 'Hablamos de un hombre que durante 23 años ha intentado el encaje entre Catalunya y España, apoyando al Gobierno español. Su cambio de actitud es la constatación de que ya no hay entendimiento posible'.

ERC y la CUP, los dos partidos independentistas con representación parlamentaria, han mostrado desde el principio su apoyo total a la Via Catalana. Fuentes de Esquerra aseguran que 'el papel que está jugando la ANC en la sociedad catalana es determinante y por lo tanto estaremos a su lado cuando nos necesiten'. Con algo más de ingenio también han dado su apoyo a la Via Catalana los responsables del Procés Constituent. El movimiento de carácter rupturista liderado por Teresa Forcades y Arcadi Oliveres convocará, bajo su responsabilidad, una cadena humana para rodear la sede de La Caixa, en Barcelona, con el objetivo de 'señalar a los responsables de la crisis y los recortes'. 'Nos hubiera gustado mucho más que hubieran participado directamente en la cadena pero cuentan con nuestra aprobación', precisa Forcadell.

El PSC, el PP y C's son, por el momento, los únicos partidos que han criticado públicamente la iniciativa popular. Para Pere Navarro, primer secretario de los socialistas catalanes, se trata de una acción 'irresponsable', aunque todo hace prever que más de uno y de dos diputados socialistas acabarán uniéndose a la cadena, por mucho que el propio Navarro haya aconsejado a los miembros de su partido la no participación.

La medida más drástica, por el momento, proviene del grupo popular. El portavoz del PP en Catalunya, Enric Millo, explicó que su partido se plantea, por primera vez, no participar en los actos oficiales de la Diada. Aunque no hay relación directa con la Via Catalana prevista para el mismo día, Millo considera que esta fecha se está convirtiendo en 'un ensalzamiento del separatismo y de la ruptura de Catalunya con el resto de España. Como no queremos que esto ocurra, nuestra presencia no tendría ningún sentido'.

En la misma línea se dirige a Público la diputada del Parlament por Ciutadans-Partit de la Ciutadania Carina Mejías: 'La Diada está secuestrada por los partidos que han establecido la independencia como única hoja de ruta así que no participaremos en los actos', confirma. Sobre la Via Catalana, que cataloga como 'una muestra folclórica sin representatividad alguna y subvencionada con el dinero de todos -lo contrario a la autofinanciación a la que alude la ANC-', desmiente que C's -como se había filtrado a través de las redes sociales- vaya a tratar de boicotearla y asegura que 'nosotros nos sentiríamos más cómodos si la Diada de Catalunya fuera el día de Sant Jordi, donde no hay condicionantes políticos'. Para terminar, confirma que 'como ya hicimos el año pasado, convocaremos a nuestra gente el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, en un acto mucho más representativo para nosotros'.

Quienes aún dudan o como mínimo lamentan públicamente que la iniciativa sea tan contundentemente independencia son UDC e ICV. El partido de Josep Antoni Duran i Lleida, a través de su secretario general, Josep Maria Pelegrí, manifestó recientemente que el lema de la cadena humana debía ser por el derecho a decidir. La ANC salió al paso confirmando que el lema que se usará está aprobado desde hace meses y que no se modificará: 'El derecho a decidir ya lo tenemos como pueblo, no hace falta pedirlo', manifestó Forcadell.

Fuentes cercanas a los ecosocialistas confirman a Público que el partido liderado por Joan Herrera se posicionará oficialmente a finales de agosto y que están próximos a la adhesión. 'Son estrategias de partido', lamenta Forcadell. 'Responden a un electorado y deben ser prudentes. Pero que quede claro que todos los están a favor del derecho a decidir deben acudir a la Via Catalana. Porque más allá del nombre, el objetivo es ése: que nos dejen votar. Iniciativa y buena parte de Unió podrán sentirse cómodos'.

La polémica, que parece reproducirse de forma idéntica a la que surgió antes de la manifestación de 2012 -en lugar de 'Catalunya, nuevo estado de Europa', UDC quiso vincularla a última hora al pacto fiscal-, tiene visos de diluirse a medida que se acerque el próximo 11 de septiembre. Sólo hay que recordar que el líder demócrata-cristiano Josep Antoni Duran i Lleida acabó acudiendo con muletas a la marcha multitudinaria de la última Diada.

La ANC ha planteado para la próxima Diada un reto mayúsculo. Se precisarán en torno a 400.000 personas para que la Via Catalana sea un verdadero éxito. El objetivo no es otro que alertar al mundo de la necesidad de hacer una consulta para que los catalanes puedan decidir su futuro. Y la estrategia parece avanzar hacia un nuevo acto multitudinario. Los organizadores, además, quieren dotar a la cadena humana de varios elementos simbólicos.

Así las cosas, las manos empezarán a estrecharse el 11 de septiembre a las 17.14 horas, en alusión al año 1714, y está prevista su conclusión a las 18.00 horas. También se esperan 'cadenas' similares en otros lugares del mundo. Según los organizadores, se han confirmado unas 70 repartidas por los cinco continentes. Tampoco se descarta que algunos integrantes de la Via Báltica se desplacen a Catalunya para solidarizarse con la causa y revivir un acontecimiento que les cambió la vida hace ya 24 años.

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