El ministro indio de Exteriores, Pranab Mukherjee, de visita en Kabul, y su homólogo afgano, Rangeen Dadfar Spanta, se comprometieron hoy a estrechar la colaboración entre ambos países y compartir información de sus servicios de inteligencia para luchar contra el terrorismo.

En una rueda de prensa conjunta en Kabul, Mukherjee recordó que todos los países "necesitan controlar las actividades terroristas que emanan de los santuarios y campos (de entrenamiento) localizados en su territorio", en clara alusión a Pakistán, donde tiene su base de operaciones el grupo integrista Lashkar-e-Toiba (LeT), a quien la India acusa de la masacre terrorista de Bombay.

El titular de Exteriores abogó por "fortalecer" los "mecanismos de inteligencia" indios y afganos para luchar de forma efectiva contra el terrorismo.

Spanta recogió el guante y aseguró que ambos países han acordado seguir adelante con su colaboración para acabar con la amenaza del terrorismo en la región.

Mukherjee, que llegó ayer a Kabul, se entrevistó con el presidente afgano, Hamid Karzai, quien le acompañó al oeste del país para inaugurar la carretera Delaram-Zaranj, de 218 kilómetros, que une el tercio occidental de Afganistán con Irán.

La India ha invertido 150 millones de dólares en este proyecto. Desde 2001, año en que las tropas extranjeras entraron en Afganistán para acabar con el régimen talibán, Nueva Delhi ha destinado 1.250 millones de dólares a la reconstrucción del país.

La visita de Mukherjee llega después de que la semana pasada Karzai viajara a la India y se reuniera con el primer ministro del país, Manmohan Singh.

Según un portavoz presidencial consultado por Efe, Karzai tiene previsto visitar próximamente Islamabad.

El Ejecutivo de Karzai mantiene desde hace tiempo buenas relaciones con la India, aunque tan sólo ha tenido buena sintonía con el Gobierno paquistaní desde que Asif Alí Zardari, el viudo de la fallecida Benazir Bhutto, accedió a la presidencia del país. EFE