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"Inédito" acerca al perfil más personal de Ramón del Valle-Inclán

EFE

En 1930, Ramón del Valle Inclán paseaba su larga barba blanca por el Paseo del Prado de Madrid en una imagen captada por el fotógrafo Alfonso, que ha sido la elegida para la portada de "Inédito", el libro que reúne cartas y textos desconocidos para revelar su perfil más personal y cotidiano.

Publicada por Espasa, la obra presenta cuatro narraciones y 144 cartas del Archivo Valle-Inclán Alsina, reunido primero por su viuda, Josefina Blanco y, después, por uno de sus hijos, Carlos del Valle-Inclán.

Es precisamente a Carlos, fallecido hace dos años, a quien está dedicado "Inédito", cuya coordinación e introducción titulada "Tengo lo que di" (lema del famoso personaje valleinclano del marqués de Bradomín) ha corrido a cargo de su hijo Joaquín del Valle-Inclán.

Este libro es "un material ameno para un lector medio", ha afirmado a Efe Joaquín, quien ha querido desmentir la fama de bohemio de su abuelo, al que define como un hombre "práctico" que se "ocultó detrás de una máscara".

A la luz del epistolario inédito, desde 1895 a 1944, son muchas las razones para negar dicho carácter bohemio de Valle-Inclán, insiste también en el prólogo el biógrafo Manuel Alberca.

Prueba de ello es la contabilidad rigurosa que llevaba pues, como destaca Joaquín, su abuelo "se tuvo que editar a sí mismo".

Valle-Inclán escribe al editor Fernando Fe: "Envío a usted cincuenta ejemplares de la Sonata de Otoño. Si a usted le conviniese pagarlos al contado, podría dejárselos con el descuento del treinta y cinco por ciento."

Significativa es la carta al periodista Torcuato Ulloa: "De mi vida podría contarle muchas cosas, pero me da pereza. Le diré solamente que escribí un cuento para el certamen de El Liberal y que por libertino no me lo han premiado".

Y en la misma misiva añade: "Me convendrían mucho ahora algunas pesetas, para poder comprarme un brazo".

Valle-Inclán hacía frecuentes referencias, con ironía, a la falta de su brazo izquierdo, perdido tras gangrenarse una herida mal curada que le ocasionó de un bastonazo el periodista Manuel Bueno, explica Joaquín.

Su obra es una preocupación constante en Valle-Inclán, y en otra carta a Ulloa dice: "Si he de serle a usted franco, ésta es la única vez que estoy un poco satisfecho de mi obra. Se titula Flor de Santidad".

En la misma, el autor gallego confiesa: "Hace muchos años que vivo completamente alejado de Galicia". Sin embargo, su nieto cree que esa Galicia era "un mundo oficial donde su literatura no tiene salida".

En "Inédito" descubrimos la amistad de Valle-Inclán con personalidades literarias como el poeta Antonio Machado, quien le escribe: "Mil enhorabuenas por esa portentosa Lámpara maravillosa que he leído y releído con deleite".

Sobre su controvertida ideología política, Joaquín dice que su abuelo era "un autodidacta", que empezó en la ultraderecha del carlismo para ir suavizando posiciones.

Su lado más familiar queda marcado en las cartas a su hijo Carlos: "Aplícate, hijo mío, y no olvides cuánto te quiere y cuánto espera de ti tu padre".

De los cuatro textos inéditos, seleccionados siguiendo el criterio de que estuviesen acabados, es decir, escritos por él y con copia de su mujer, Joaquín del Valle-Inclán destaca el humor y la ironía de "Sevilla", "el más largo y el mejor", escrito quizá en 1935.

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