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La inmobiliaria Tremon presenta concurso de acreedores

Reuters

Por Andrés González

Con una deuda cerca a los 1.000 millones de euros, la inmobiliaria no cotizada Tremón se ha unido a la ya larga lista de promotores españoles que no han podido hacer frente al cambio de ciclo del sector y se han visto obligados a presentar concurso de acreedores.

Tremón, que intentó sin éxito hace menos de un año salir a cotizar, presentó el pasado viernes la solicitud de concurso de acreedores para la sociedad y dos filiales del grupo, TRHoteles Alojamientos y Hospederías y Atlantys Servicios Inmobiliarios.

La inmobiliaria que preside Hilario Rodríguez es la segunda mayor empresa del sector tras Martinsa, que presenta concurso de acreedores, y deja tras de si unas cuantiosas deudas con un grupo de cajas y bancos españoles.

"Nuestra deuda asciende a 1.000 millones de euros, y más del 90 por ciento esta deuda está repartida en un 'pool' bancario de 16 entidades. El viernes a última hora se solicitó el concurso", dijo el lunes a Reuters Ángel Romero, abogado y portavoz del grupo inmobiliario.

Según afirmó el portavoz, entre los principales acreedores del grupo inmobiliario destaca el Banco Popular, con una exposición de 200 millones de euros, la caja de ahorros Bancaja, con 100 millones de euros y el Banco Pastor con 95 millones de euros de deuda.

MAL MOMENTO PARA EL SECTOR

Con el concurso de acreedores solicitado por Tremón, son ya diez las grandes empresas del sector que se ven obligadas a suspender pagos ante la imposibilidad de hacer frente a sus deudas.

Después de años de bonanza, la crisis de liquidez internacional y el cambio de ciclo del sector han provocado que las ventas de viviendas caigan abruptamente en los últimos meses.

Según datos del Ministerio de Vivienda, las compraventas de pisos cayeron en agosto -- último mes del que hay datos disponibles del INE -- un 36,8 por ciento en términos interanuales.

La sucesión de cifras negativas para el sector, unido al gran endeudamiento asumido por las empresas en los años del "boom" del sector, ha llevado a empresas como Martinsa-Fadesa, Llanera, Seop, Lábaro o Cosmani a pedir administración concursal en los últimos meses para poder reordenar sus cuentas y hacer frente al cambio de ciclo.

Mientras, y pese a que Martinsa es la única inmobiliaria cotizada que hasta la fecha ha presentado concurso de acreedores -- el concurso solicitado por un acreedor a la catalana Aisa está pendiente de la resolución en los juzgados de Barcelona -- la gran mayoría sí han tenido que refinanciar sus deudas ante la imposibilidad poder hacer frente a las amortizaciones y los pagos de su deuda.

Inmobiliarias como Colonial, Reyal Urbis o Afirma han refinanciado deudas millonarias, logrando alargar los plazos a cambio de dar mayores garantías a sus acreedores.

La crisis también está afectando de lleno a los resultados de las empresas del sector y, con la excepción de Realia y Parquesol, las grandes inmobiliarias cotizadas han presentado pérdidas en sus últimos resultados a septiembre.

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