Irán condenó hoy la decisión de Estados Unidos de imponer sanciones a altos responsables iraníes a los que acusa de violar los derechos humanos durante la represión de las protestas contra la reelección en 2009 del presidente, Mahmud Ahmadineyad, que la oposición denunció como fraudulenta.

"Esta decisión es una interferencia de Estados Unidos en los asuntos internos de Irán, como ha hecho en los últimos treinta años", afirmó el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Ramín Mehmanparast.

"Atenta contra la legislación internacional", agregó el funcionario, citado por la agencia estatal de noticias local Irna.

La Administración norteamericana impuso el pasado miércoles una prohibición de viaje y ordenó la congelación de las cuentas en el exterior de ocho altos miembros del régimen iraní.

Entre ellos, el comandante jefe de la Guardia Revolucionaria, cuerpo de elite de las Fuerzas Armadas iraníes y defensor ideológico del régimen, Alí Yafari, y el antiguo fiscal general del Estado, Saed Mortazevi.

Un día después, Irán convocó a la embajadora suiza en Teherán, Livia Agosti, que representa los intereses de Estados Unidos en Irán, para protestar por la medida.

Irán está sumido en una de las peores crisis políticas y sociales de los últimos treinta años desde que en junio de 2009 Ahmadineyad fuera reelegido entre protestas.

Nada más conocerse los resultados, cientos de miles de personas se echaron a las calles de todo el país para mostrar su desacuerdo con el escrutinio.

En la represión posterior, perdieron la vida cerca de una treintena de personas, según cifras oficiales -más de 70 de acuerdo con la oposición-, y miles más fueron detenidas.

Desde entonces, numerosos partidarios destacados de la oposición e incluso antiguos miembros del gobierno reformista han sido juzgados y condenados a diversas penas de cárcel.

El proceso electoral destapó las desavenencias que existen en el seno del régimen.