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Irán se sentará con EEUU por Afganistán

Teherán participará en la conferencia internacional de hoy en La Haya junto a Washington. Europa aplaude el nuevo plan de Obama, que prima el diálogo

P. RUSIÑOL / M. CENTENERA

De integrante del 'Eje del Mal' a compañero de mesa en la búsqueda de la paz para Afganistán. Ningún símbolo define mejor el giro que supone el plan de Barack Obama para Afganistán que la presencia de Irán en la conferencia internacional sobre el país asiático que se celebra hoy en La Haya bajo los auspicios de Naciones Unidas y a la que asistirá la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Obama presentó el viernes las líneas maestras de su nueva estrategia para Afganistán, un Estado fallido en el que los talibanes recuperan terreno día a día. El presidente estadounidense quiere aumentar las tropas, pero al mismo tiempo insertar la ofensiva bélica en un contexto mucho más amplio que la Administración de George W. Bush apenas consideró: la cooperación al desarrollo, el multilateralismo y la implicación de todos los vecinos.

Irán, que comparte 930 kilómetros de frontera con Afganistán pasa a ser un factor clave en la nueva estrategia, pese al conflicto que mantiene con Occidente por su ambición nuclear. 'Es un gran avance poder separar los conflictos e implica a Irán en una empresa común pese a que no haya acuerdo en otros asuntos', explica un diplomático occidental.

La agencia AP apuntaba que la delegación iraní en La Haya estaría encabezada por Medhi Akhundzadeh, número dos de Exteriores.

La nueva estrategia de EEUU ha levantado grandes esperanzas en las cancillerías europeas, que consideran el nuevo enfoque mucho más cercano a sus posiciones y quizá la última oportunidad para evitar el colapso del Estado ya más teórico que real, el regreso al poder de los talibanes expulsados por la invasión dirigida por EEUU tras el 11-S de 2001 para acabar con los santuarios terroristas y la sangría de vidas humanas afganas y occidentales.

No hay posición común europea u occidental, pero sí ciertos principios compartidos que encajan con el nuevo rumbo de Obama. El más importante, según coinciden expertos y diplomáticos, es el regreso de la política: admitir que la solución no puede ser exclusivamente militar y que deben buscarse fórmulas para implicar a todos los actores, con independencia de la relación que mantengan con EEUU: locales (incluidos los sectores talibán más abiertos), regionales (Irán y, por supuesto, Pakistán, que es parte del problema tanto o más que el propio Kabul) e internacionales (singularmente China y Rusia).

Este lunes, en un seminario sobre Afganistán organizado en Madrid por FRIDE, el periodista paquistaní Ahmed Rashid celebró el diálogo regional 'porque Bush lo ignoró durante siete años', pero pidió que se clarificara cuanto antes quién lo dirigirá.

En el mismo foro, la analista iraní Shahrbanou Tadjbakhsh subrayó que no todos los actores son válidos para negociar con los talibanes: 'El interlocutor tiene que ser Naciones Unidas porque es el único actor que no tiene una agenda interesada'.

España, como otros países de la UE, está aliviado ante el nuevo enfoque de Obama, precisamente en el momento en que, tras la polémica retirada de Kosovo, se plantea aumentar su presencia militar en la zona.

No es lo mismo mandar soldados a la misión de Bush básicamente militar que bajo las nuevas coordenadas. Uno de los asuntos que España espera que se aborde en la nueva etapa es la mayor coherencia de la estrategia militar bajo el mando de la ONU o, al menos, de la OTAN.

Actualmente, operan simultáneamente dos dispositivos militares en el país. De un lado, Libertad Duradera, que cuenta con 18.000 soldados y aplica los métodos de la 'guerra contra el terrorismo' de Bush. Del otro, la misión liderada por la OTAN, con 55.000 soldados de 41 países, entre ellos 780 españoles.

'No puede ser que la misión de la OTAN intente tejer complicidades con la población local y luego aparezca un avión de Libertad Duradera que arrase el barrio', lamenta un alto cargo del Ministerio de Defensa, que añade: 'En 2008, los talibanes causaron el 58% de las víctimas civiles y la coalición internacional, el 42%. De éstos, dos tercios se debió a raids aéreos', típicos de Libertad Duradera.

 

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