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La izquierda francesa, contra la "cadena delincuente" TF1

Pide que se retire la licencia a la televisión por aprovecharse de la legislación antimonopolio

ANDRÉS PÉREZ

La gran televisión privada TF1, propiedad de un amigo íntimo de Nicolas Sarkozy, vive enzarzada en una fuerte polémica desde días por la decisión de varios líderes de la izquierda de romper un tabú. Liderados por el diputado socialista Arnaud Montebourg, intentan poner en tela de juicio la concesión pública de que goza el gigante, airean su servilismo con Sarkozy, y acusan al operador de ser una 'cadena delincuente', una 'tele-pastón' monopolística obsesionada por el dinero y capaz de 'destruir Francia y sus valores'.

Todo empezó en apariencia a causa de un desliz. Arnaud Montebourg aceptó ser entrevistado para el documental Fin de Concesión, dirigido por el realizador Pierre Carles, que se estrenará en los cines a finales de octubre. Cuando el diputado pensaba que el micro estaba cerrado, habló con el realizador: 'Es el momento de golpear a TF1, hay que hundirle la cabeza bajo el agua, y por eso le voy a echar una mano. Es la televisión de la derecha, la televisión de las ideas que destruyen Francia, del individualismo, del pastón, la tele que aporrea constantemente con la cuestión de la inseguridad'. El vídeo de esas palabras aparentemente privadas fue colgado en internet y surtieron un rápido efecto viral. Como TF1 es una televisión aún hegemónica y cabeza del primer grupo europeo de televisión, pero está en fuerte descenso y es muy criticada por su mercantilismo y por sus manipulaciones políticas, no pudo dejarlo pasar. También sin esperar al estreno del documental, el presidente de TF1,Nonce Paolini, envió de inmediato una carta al diputado Montebourg para expresarle que juzgaba 'inadmisibles' sus palabras.

La cadena es de un amigo íntimo del presidente Nicolas Sarkozi

Mala idea. Montebourg, conocido desde finales de los años noventa por volar en picado y sin miedo contra el lado oscuro de Jacques Chirac o contra 'un paraíso fiscal opaco llamado la City de Londres', se enfundó de nuevo el uniforme de kamikaze. En una carta jocosamente incendiara, documentada y firmada con su sello de diputado de la Asamblea Nacional, desenfundó. Tras poner a Paolini en su sitio 'el espacio herziano es un bien público que pertenece a la Nación' y 'los accionistas no son más que concesionarios frágiles y efímeros' Montebourg enumera la 'larga lista de delitos registrados' de TF1. Por un lado, en el primer trimestre de 2010, los canales herzianas en abierto de TF1'ofrecieron 32 horas de declaraciones al presidente, al Gobierno y a la UMP (el partido conservador), frente a sólo ocho horas a los miembros de la oposición'.

El diputado relaciona ese dato con otro. 'El accionista mayoritario de TF1 es la Sociedad Anónima Bouygues' perteneciente al número uno mundial de obras públicas y, por lo tanto, beneficiario de 'contratas públicas, con las que el poder de Estado y de la diplomacia disponen de una influencia demostrada', lo que 'plantea un problema de democracia', expresa.

La izquierda quiere evitar que TF1 aliente la sensación de inseguridad

Por gentileza, Montebourg se abstiene de citar que Martin Bouyguues, número uno del gran grupo mundial de medios y obras públicas, es un amigo íntimo de Nicolas Sarkozy desde hace 20 años. También por cortesía, no duda del 'profesionalismo encomiable de los periodistas de TF1, que no son responsables de esta situación de facto condenable'.

En su carga, Montebourg subraya la larga lista de modificaciones de la legislación anticoncentración de las que se ha beneficiado TF1 para poder mantenerse como número uno. Y, por último, recuerda que en la semana del 29 de septiembre al 5 de octubre pasados, TF1 'dedicó 41 horas y 30 minutos a emisiones relacionadas conel dinero, emisiones de televenta o juegos cuyo cebo eran las sumas en juego', impulsando así un 'empobrecimiento de la imaginación y de la cultura de los franceses'.

Nonce Paolini ha intentado replicar a esa carta con algunos datos poco convincentes. Entre tanto, varios líderes de la izquierda han arropado al kamikaze que intenta asestar un golpe a TF1, televisión que ha perdido un 20% de sus cuota de pantalla en 15 años, situándose actualmente en torno al 24,5%.

La carga llega en un momento crucial, cuando empiezan las maniobras para las elecciones generales de 2012. La izquierda no quiere asistir pasiva a una agudización de la paranoia de la inseguridad mediática como la que llevó a sus derrotas de 2002 y 2007. Entonces, según estudios sociológicos, TF1 fue capital para la derecha al multiplicar en antena los minutos dedicados a sucesos como violaciones colectivas y agresiones, cuando los datos objetivos demostraban que esadelincuencia no crecía.

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