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Jeremy Irons exige "moralidad" al mundo financiero en la Berlinale

EFE

El actor británico Jeremy Irons pidió hoy "moralidad" al sector financiero en la presentación de la película "Margin call", una cinta sobre los primeros compases de la crisis que se proyectó dentro de la sección oficial de la Berlinale.

"Muchos banqueros actúan de forma inmoral. No podemos crecer de forma permanente en un mundo de recursos limitados. Necesitamos la moralidad", aseguró Irons en la rueda de prensa que siguió a la proyección del filme en Berlín, en la que también se encontraba el coprotagonista y oscarizado Kevin Spacey.

El thriller del director debutante J.C. Chandor relata las intensas horas que siguen al descubrimiento en el seno de una firma inversora de Wall Street de la irreversible situación financiera en la que se encuentran por la compra y venta de activos tóxicos.

Los protagonistas, desde el más alto ejecutivo al último vendedor, muestran un amplio abanico de reacciones frente a la noticia, desde el llanto hasta el mantenimiento de una tozuda avaricia, pasando por la sumisión laboral, la rebeldía, la decepción y el desconcierto.

"En la mayoría de los casos, esta gente que mostramos en la película era gente normal. Gente que tenía que seguir las órdenes de sus jefes. La película muestra el lado humano (de Wall Street) en la crisis de 2008", apuntó Chandor.

Añadió que no considera que haya una "excesiva avaricia" en el sector financiero mundial, sino que "hay un poco en cada persona", porque la cultura capitalista, especialmente en Estados Unidos, está intrínsecamente ligada a esta actitud.

A juicio del realizador, estas "interpretaciones tan humanas" sirven para explicar los "resultados catastróficos" de la crisis.

El actor Paul Bettany, por su parte, explicó que participar en "Margin call" fue un "interesante viaje" que le llevó a juzgar menos a las personas que componen el sector financiero.

Sobre los efectos de la crisis, Kevin Spacey señaló que los problemas financieros han afectado en buena medida al cine alternativo en todo el mundo, que no encuentra posibilidades de distribución.

"Desearía que volvieran los tiempos en los que los grandes estudios apostaban por el cine alternativo. No tengo nada en contra de las películas comerciales, pero considero que todo el mundo tendría que poder contar su historia", argumentó.

Sobre la película, Spacey aseguró que le había servido para hacer mucha "reflexión interior", algo que no le había pasado en los últimos años como actor.

En este sentido, Chandor señaló que la película ha resultado "mucho mejor de todo lo que podría haber esperado" y subrayó las "dos o tres escenas que Jeremy Irons y Kevin Spacey hacen mano a mano".

Por último, dijo que había pretendido hacer una película "contenida", tanto en las escenas como en los diálogos, porque pretende que sea el espectador el que interprete los hechos.

La presentación ante los medios de la película sirvió para que Irons y Spacey escenificaran su buen entendimiento y lanzaran algunas bromas.

"Lo peor de la película fue tener que trabajar con Kevin Spacey", aseguró con una gran sonrisa Irons, a lo que el aludido replicó que el actor británico "olvidaba constantemente sus frases", provocando el aplauso de los varios centenares de periodistas presentes.

Pero quien arrancó las mayores carcajadas fue Bettany, cuando se mostró incapaz de explicar cómo se puso en la piel de uno de los inversores que propició la crisis mundial.

"La interpretación es como el sexo: está muy bien practicarla, pero es muy difícil hablar de ello", afirmó.

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