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Joan Saura y el sueño de una policía de izquierdas

El líder de ICV ofrece hoy explicaciones sobre las cargas de los mossos contra estudiantes anti-Bolonia

PAU CORTINA

Algunos dentro del cuerpo [de Mossos] no nos perdonan lo que hemos hecho'. Expresada por un alto dirigente de ICV, la sentencia da cuenta del difícil momento, y de la convulsa trayectoria, de los ecosocialistas al frente del departamento de Interior. Desde que en noviembre de 2006 asumió esta cartera, su líder, Joan Saura, ha estado de forma permanente en el ojo del huracán, como ahora tras las cargas contra estudiantes anti-Bolonia que causaron un centenar de heridos.

Tras las últimas elecciones catalanas, los buenos resultados de ICV-EUiA, les hicieron soñar con la asunción de una tercera conselleria. Sin embargo, lo que José Montilla les ofreció fue lo que a la postre ha resultado un regalo envenenado: la cartera de Interior. Saura no dudó y, para asombro de la militancia, ICV pasó a gestionar la seguridad y a dirigir los Mossos d'Esquadra.

La dirección de la policía había sido hasta entonces un tabú para un partido de la izquierda alternativa. Por eso Saura tuvo que enfatizar un discurso nuevo, que resumía así: 'No hay nada más de izquierdas gestionar que la seguridad pública y hacer cumplir los derechos y las libertades'.

La receta 'de izquierdas' para dirigir la seguridad se concreta en un plan de igualdad de género para el departamento, la instalación de cámaras de videovigilancia en las comisarías, un nuevo código ético policial y los buzones de quejas y sugerencias. Pero estas iniciativas también les ha reportado el rechazo de una parte del cuerpo, que considera que se les criminaliza sin razón.

Este enfrentamiento entre el cuerpo y la cúpula de Interior ha vivido diversos episodios de tensión e incluso una manifestación de 4.000 agentes en el año 2007.

Desde la oposición e incluso desde los socios del gobierno, la principal crítica que se desliza hacia Saura es que no defiende de manera suficiente al cuerpo. 'El conseller de Interior debe ser el primer mosso de Catalunya', dicen desde un partido del Govern. Esta crítica la suscriben también los sindicatos policiales.

La portavoz parlamentaria de ICV, Dolors Camats, señala al respecto que 'trabajar por un cuerpo policial que sea garante de derechos no significa que vayamos en contra de los Mossos'. Y añade: 'La buena imagen de la policía se mide por sus actuaciones, no debemos esconder nada'.

Como Camats, un responsable político del socio de coalición (EUiA) opina que las críticas a la gestión del departamento de Interior empezaron 'incluso antes' de comenzar a ejecutarla. Y es que, si las bases lo recibieron con recelo, la oposición conservadora puso el grito en el cielo.

Dentro de ICV admiten que las bases lo viven con tensión, y muchos lamentan ahora la decisión de su líder, pero nadie le critica de forma abierta y pública, al contrario, la solidaridad es total. 'Ahora no podemos volver atrás', dicen, y confían en su capacidad para soportar la presión de la 'derecha mediática'.

Pero hoy todos aguantarán la respiración esperando que las explicaciones de Saura en el Parlament resulten convincentes y también su decisión sobre posibles ceses. El del director de la policía, Rafael Olmos, está cantado. Pero falta saber si será sustituido por una persona de ICV, como quiere el partido, o si se apostará por dar más poder a Joan Delort, secretario de seguridad y hombre de confianza de Montilla. En la solución a ese dilema se juega Saura su futuro político.

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