Público
Público

El joven asesino anunció la matanza en un chat

Tim Kretschmer había recibido atención psiquiátrica por depresión y se sentía infravalorado // Su padre podría ser acusado de homicidio múltiple involuntario por no tener el arma bajo llave

 

GUILLEM SANS MORA

'Mierda, Bernd, ya he tenido bastante, estoy harto de esta vida fácil. Lo digo en serio, Bernd, tengo armas aquí y mañana por la mañana me voy a mi antigua escuela a hacer una barbacoa bien fina. Mantened los oídos abiertos, Bernd, mañana vais a oír de mí. Memorizad simplemente el nombre de la localidad de Winnenden. Y nada de avisar a la Policía, no tengáis miedo; basta, me largo'.

Con este mensaje de chat, enviado a las 2.45 de la madrugada del miércoles, Tim Kretschmer, de 17 años, anunció sus planes asesinos horas antes de cometer la matanza.

El ministro de Interior de Baden-Württemberg, Heribert Rech, dio cuenta ayer del mensaje del joven que mató a 15 personas y se suicidó tras cuatro horas de implacable masacre. El texto, que los compañeros del chat consideraron una broma, iba a dirigido a un joven de su edad de la vecina Baviera. El chico no tomó en serio la amenaza y respondió 'LOL', una abreviatura corriente del lenguaje del chat que significa laughing out loud (riendo a carcajadas).

Pero a su padre sí que lo alarmó hasta el punto de que llamó a la Policía. De nada sirvió eso a quienes se convertirían en sus víctimas pocas horas después: tres maestras, ocho alumnas, un alumno, el empleado de un psiquiátrico, un trabajador de una filial de Volkswagen y el cliente de este.

Las autoridades tratan ahora de reconstruir lo ocurrido. El jefe de la Policía de Waiblingen, Ralf Michelfelder, explicó que es posible que dos de las profesoras hubieran intentado cortarle el paso a Kretschmer. 'Pero no podemos asegurarlo. También puede ser que se encontraran casualmente con él en el pasillo'.

Tras el tiroteo en la escuela, Kretschmer huyó a pie, mató al empleado del psiquiátrico y forzó a un conductor a llevarle a Weidlingen, a 30 km.

Según la reconstrucción policial, el asesino iba detrás y no pudo impedir que, en la entrada de la autopista, el conductor secuestrado se asustase y se saliese de la calzada, adentrándose en un barrizal. El conductor salió por la ventanilla con el coche aún en marcha, lo que le permitió escapar de una muerte bastante probable, según los investigadores.

El asesino, en cambio, esperó a que el vehículo se detuviese antes de salir y continuar a pie su camino hasta una filial de automóviles en un polígono industrial. Allí mató a sus dos últimas víctimas. Después, libró un tiroteo con policías y, al resultar herido, se suicidó.

Según el jefe de la Fiscalía de Stuttgart, Siegfried Mahler, Kretschmer había recibido atención psiquiátrica por depresión. Empezó la terapia en Heilbronn, pero no la continuó en Winnenden, como planeaban los médicos. Por lo demás, 'el chico tuvo una evolución más o menos normal', dijo Mah-ler. Aunque se sentía infravalorado. En el chat también escribió: 'Todos se ríen de mí. Nadie reconoce mi potencial'.

El ministro Rech describió con detalle las armas del hogar de Kretschmer. El padre pertenecía a la Asociación de Tiro y poseía en total 15 armas de fuego. Catorce de ellas las guardaba en dos armarios cerrados con un candado con combinación, tal como exige la ley alemana. En los armarios había también 4.600 balas.

El chaval conocía la combinación y extrajo de allí 200 municiones, de las que usó 112, 60 de ellas en la escuela. Pero el arma que usó no se encontraba bajo llave, sino en el dormitorio de su padre. Por no haber guardado la pistola número 15 como debía, el padre podría ser acusado de homicidio múltiple involuntario y se enfrenta a penas de cárcel.

La Policía sigue con los interrogatorios de testigos, familiares y amigos próximos a Kretschmer. Ninguno adivinó de antemano instintos asesinos en él. Sus problemas psíquicos no eran más que tendencias depresivas. 'Seguramente tenía un complejo de inferioridad', añadió Michelfelder.

Toda Alemania seguía ayer conmocionada, con las banderas a media asta y el 'sincero pesar' del presidente Nicolas Sarkozy en su visita en Berlín a la canciller Angela Merkel. Así las cosas, algunos bromistas de mal gusto que advirtieron durante todo el día de nuevas masacres mantuvieron en vilo a la Policía.

Las autoridades siguen buscando a un chaval de 15 años que anunció a compañeros el miércoles por la tarde que se iría a matar a alguien a su antiguo colegio, el Sankt Wolf-gang de Ratisbona (Baviera), según informó una portavoz policial.

Tras la matanza en una escuela de Erfurt en 2002, Alemania acometió una tímida reforma del derecho de armas. La edad mínima para poseerlas subió de los 18 a los 21 años en 2003, con excepciones para ciertas armas deportivas de bajo calibre. Después de la tragedia de Winnenden, políticos de los tres partidos en el Gobierno en Alemania rechazaron ayer al unísono aprobar leyes más duras. El ministro de Interior, Wolfgang Schäuble, dijo en Berlín: 'No veo cómo una modificación del derecho de armas podría haber cambiado lo que sucedió'.

Será casualidad o no, pero el Gobierno finlandés presentó ayer una proposición para aumentar la edad mínima de posesión de armas de 15 a 20 años. Finlandia es uno de los cinco países del mundo con mayor cantidad de armas en manos privadas. La proposición de ley se diseñó después de que ocurriesen dos matanzas en escuelas en los últimos dos años, con 9 y 11 muertos respectivamente. Al mismo tiempo, asociaciones civiles promueven en Suiza desde febrero una consulta popular, que aún no tiene fecha, para prohibir las armas peligrosas, como las pistolas automáticas y las escopetas de repetición.

Bélgica restringió el derecho de armas en 2006 después de un crimen racista en Amberes, en el que murieron un niño y su canguro negra. En Portugal y Dinamarca, se estudian propuestas similares.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias