Un juez de Hong Kong ha desestimado la pretensión del maestro de fung shui Tony Chan de heredar la fortuna de una de las mujeres más ricas de Asia, Nina Wang, estimada en unos 100.000 millones de dólares de Hong Kong (unos 12.800 millones de dólares o 9.200 millones de euros)

La sentencia de más de 300 páginas, hecha pública hoy, podría poner fin a una de las disputas más mediáticas de los últimos años y dar carpetazo a las pretensiones de Chan, de 50 años y amante de la viuda del magnate de la industria química Teddy Wang.

Según la Radio Televisión de Hong Kong, el juez Johnson Lam ha invalidado un testamento de 2006 firmado supuestamente por la propia Wang pocos meses antes de su muerte, a los 69 años por un cáncer a principios de 2007, en el que nombraba a Chan como heredero universal.

El magistrado sólo ha aceptado como plausible un testamento anterior (de 2002) custodiado por los familiares de Wang, en el que toda la fortuna se destina a la Fundación Caritativa del grupo Chinachem, dirigida por los hermanos de la multimillonaria.

En este documento se recogería además el deseo de que la fundación otorgase una "versión china" de los Premios Nobel.

Durante el proceso judicial que enfrentó a Chan con la Fundación, llegaron a airearse multitud de pormenores íntimos de Wang, que no pasaba inadvertida por sus atípicos peinados y vestidos.

La fe de ésta en el fung shui añadió aún más detalles para el deleite de la prensa local, que recuperó el secuestro del marido de Wang, quien fue dado oficialmente por muerto diez años después del suceso, en 1990, al no haberse resuelto, y cómo Chan pretendía encontrar al esposo de la empresaria a través de rituales.

Se da el caso que la propia Wang mantuvo un litigio de ocho años con el padre de su esposo por la herencia de la fortuna de éste y para ponerse al frente de la corporación Chinachem.

La sentencia de hoy no parece, sin embargo, frenar a Chan, quien, a través de su abogado, Jonathan Midgley, ha anunciado que estudia apelarla.