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Kurdo Baksi afirma que acabar el cuarto Millenium es como terminar una pintura de Dalí

EFE

Acabar el cuarto Millenium es como terminar una pintura de Dalí. Lo dice el periodista y escritor Kurdo Baksi, amigo íntimo y mecenas del fallecido Stieg Larsson, a quien califica de "reportero malísimo, pero muy buen periodista de investigación".

En una entrevista con EFE con motivo de su participación en las II Conversaciones Literarias en Formentor (Mallorca), Baksi explica el carácter del autor de la trilogía Millenium, que arrasa en las librerías de todo el mundo.

Los ávidos lectores que han fulminado, a veces a tomo por semana, los tres primeros libros de Larsson buscan ahora la publicación de un cuarto ejemplar de la saga, del que el sueco dejó escritas 200 páginas en posesión de su compañera, Eva Gabrielsson.

Para Baksi, que aparece como personaje homónimo en el tercer libro de Millenium, su continuación "no es fácil" y lo compara con una obra del genial pintor catalán: "Si alguien puede seguir un cuadro de Salvador Dalí que no está listo, también puede acabar el libro de Larsson".

Pregunta.- ¿Cree usted, como Vargas Llosa, que Millenium es la novela de la década?

Respuesta.- Absolutamente, él ha cambiado la novela negra internacional, porque en sus libros aparece una protagonista que es bisexual, que no pesa mucho y tiene un carácter muy especial.

P.- ¿Cómo era Stieg Larsson?

R.- Era tímido, idealista, muy detallista y vivía en su mundo. Como dice un dicho kurdo, era una estrella sin vecinos. Su familia era muy pobre, no tenían ducha en casa y por eso su protagonista, Lisbeth Salander, representa a la clase sin derechos. Era muy difícil ser su amigo porque era incondicional y pedía lo mismo de tí, lo cual en la vida pública no es fácil.

P.- ¿Esperaba Larsson que sus libros tuvieran tanto éxito?

R.- Sí se lo esperaba. Era muy tímido, pero desde que firmó el contrato con la editorial, seis meses antes de su muerte, cambió. Cambió su pelo y dejó de usar chaqueta y camisa. Tenía miraba de escritor, se movía más lento. Se preparaba para el rol de ser un escritor internacional. Lo había planificado todo, menos su muerte.

P.- ¿Se inspiró en alguien para crear al personaje de Salander?

R.- Sí, en dos muchachas de la redacción de Expo, la revista que dirigíamos, que vestían como ella. En cuanto a sus dotes de "hacker", los cogió de otro chico de la redacción que conseguía entrar hasta en el Pentágono.

P.- ¿Qué hay de Larsson en su protagonista, Mikael Blomkvist?

R.- Se parecen en la conciencia social y moral, Larsson no aceptaba las injusticias. Pero, mientras Blomkvist era un mujeriego, Larsson era de una mujer. Además, Larsson era un reportero malísimo, pero muy buen periodista de investigación, porque no era neutral.

P.- ¿Era un feminista?

R.- Un feminista que no cocinaba, pero le gustaba planchar. Tenía un interés especial por la violencia contra la mujer, conocía todas los asesinatos de mujeres en Suecia desde 1920.

P.- ¿Qué opina de la polémica de los derechos de Larsson entre su compañera y su padre?

R.- Yo soy un feminista y en un conflicto entre una mujer que pesa sesenta kilos y dos hombres con bigote, siempre prefiero ayudar a la mujer. Me duele mucho esta historia de la herencia. El padre de Stieg es como mi papá y ella es como una hermana mayor.

P.- Ese fragmento del cuarto tomo de Millenium, ¿se acabará?

R.- Acabar su libro no es fácil. Si alguien puede seguir un cuadro de Salvador Dalí que no está listo, también puede acabar el libro de Stieg Larsson.

P.- Usted ha escrito un libro sobre Larsson ¿de qué habla?

R.- Se publicará en España antes de verano y en él hablo de su feminismo, su antirracismo, su vida privada, sus proyectos y también sobre los conflictos entre él y yo. Cuando vivía, Suecia no le respetó, no le dio nada, y ahora, mientras en España le han dado premios por su feminismo, en Suecia nada, por eso he escrito el libro, porque la fotografía en Suecia de mi amigo no es correcta.

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