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Liberan a cuatro mujeres víctimas de trata sexual en San Sebastián

Las víctimas eran captadas en Venezuela bajo la promesa de un trabajo digno en España. Una vez en el país eran obligadas a prostituirse, siendo controladas en todo momento por videovigilancia.

Imagen de archivo de un coche de la Policía Nacional. / EP
Imagen de archivo de un coche de la Policía Nacional. / EP

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La Policía Nacional ha desarticulado en San Sebastián una red de proxenetas que  prostituía a mujeres venezolanas a las que atraía a España con falsas ofertas de trabajo, pero que eran explotadas durante los 90 días que podían estar legalmente en España y luego pasaban a estar en situación irregular.

Según informó este viernes la Policía, esta operación ha culminado con la detención de 10 personas, de las cuales cuatro han ingresado en prisión provisional. Se les atribuyen los delitos de pertenencia a organización criminal, trata de seres humanos con fines de explotación sexual, delitos relativos a la prostitución, contra la salud pública, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y contra los derechos de los trabajadores.

La investigación se inició cuando una mujer venezolana denunció mediante correo electrónico

En el marco de las pesquisas se han realizado cinco entradas y registros, dos en los pisos de la capital guipuzacoana donde las víctimas eran obligadas a prostituirse y tres en los domicilios de los principales investigados. Además, se ha intervenido un vehículo, diversa documentación, un arma blanca prohibida, cuatro gramos de marihuana y 2.615 euros en efectivo.

Al mismo tiempo, en el marco de esta operación se ha liberado a cuatro mujeres que eran prostituidas en pisos de San Sebastián, donde, según la investigación, habrían sido explotadas 52 mujeres.

Control por vídeo

Las víctimas eran captadas en Venezuela bajo la promesa de un trabajo digno con el que pagarían su deuda de 4.500 euros por ser traídas a España. Sin embargo, una vez en territorio nacional eran obligadas a prostituirse durante los 90 días que duraba su estancia legal en el país, siendo controladas en todo momento por videovigilancia.

La investigación se inició cuando una mujer venezolana denunció, mediante correo electrónico, que era víctima de trata de seres humanos y estaba siendo prostituida en un piso de la capital guipuzcoana.

Las mujeres eran controladas por otros miembros de la red de proxenetas, que se ocupaba de proporcionarles estupefacientes y de ponerse en contacto con hombres. Además del propio encargado, los pisos contaban con un sistema de videovigilancia controlado por los responsables del grupo mediante aplicaciones de telefonía móvil.

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