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Se lió a hachazos porque pensó que le querían inyectar un virus

El acusado de herir con un hacha a tres empleadas de un centro de salud madrileño sufrió un brote psicótico al creer que la Policía le confundía con un integrante de Al Qaeda

EUROPA PRESS

El acusado de herir con un hacha a tres empleadas de un centro de salud sufrió un brote psicótico derivado de una profunda depresión por no conseguir una incapacidad y provocado al pensar que los médicos del ambulatorio querían inyectarle un virus con una vacuna al creer la Policía que era integrante de Al Qaeda. Así lo ha manifestado una psicóloga que asistió a Abderrahman B., de origen magrebí, y a quien ha definido como una persona 'alicaída' y 'depresiva'. El procesado se enfrenta a una petición fiscal de 30 años de prisión por tres delitos de intento de homicidio. EL juicio ha quedado visto para sentencia.

Los hechos se produjeron el 25 de febrero de 2011 en el centro de salud Los Naranjos de Fuenlabrada. Portando un hacha y un cuchillo, el hombre entró en el ambulatorio alrededor de las 12.00 horas y se lió a propinar hachazos a tres empleadas que se encontraban en el mostrador de atención al público. Ayer aseguró ante el tribunal que no recordaba nada de lo sucedido, ya que sufría 'olvidos'. Escuchó el relato de las víctimas. Una de ellas sí ha recibido la incapacidad laboral, ya que su agresor le amputó la mano derecha y no puede desempeñar el trabajo que realizaba hasta el día de los hechos.

Tras concluir la prueba, la fiscal ha mantenido su petición de pena de 30 años de prisión al considerar que 'no hay duda' de que así cometió los hechos y que tenía 'un ánimo de matar' a víctimas elegidas al azar. El abogado defensor ha solicitado la absolución al considerar que se le debe aplicar la eximente completa por trastorno mental ya que, a su juicio, es inimputable.

'Le fueron a vacunar y no quiso porque decía que le iban a inyectar un virus. Que le querían hacer daño. Eso pudo influir en lo que hizo. Vivía solo. No trabajaba. La única conexión con el exterior era el centro de salud. Tenía una depresión profunda', ha señalado la doctora, quien ha destacado que el hombre sabía que lo que había hecho no estaba bien. Además, ha hablado de la situación que le pudo llevar a lo que hizo al destacar que llevaba varios días sin comer y sin dormir. 'Pudo derivar en un brote psicótico, ya que perdió el sentido de la realidad. Su conducta desorganizada podría corresponder a un cuatro psicótico', ha subrayado la perito.

Así, ha concluido que tenía un trastorno paranoico, ya que tenía su propio mundo. Pensaba incluso que la Policía le perseguía por ser integrante de Al Qaeda. 'Este hombre necesita una vigilancia porque está tranquilo hasta que le pasa algo', ha relatado. Otro de los peritos ha destacado que en el momento de los hechos no tenía anuladas las capacidades, pero si alteradas gravemente por las ideas delirantes por el trastorno que sufría. Tenía una ideación de que no le trataban bien una lesión de columna que tenía.

Por su parte, las doctoras que han realizado la pericial de las lesionadas por el acusado de liarse a hachazos en un centro de salud en 2011 han destacado en el juicio la gravedad de las heridas al dejar a las víctimas el cerebro abierto al exterior al destruir con los golpes la parte ósea y las membranas que cubren a este órgano, un extremo que sustentaría las imputaciones de tres delitos de intento de homicidio hacía las empleadas lesionadas.

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