La Semana Trágica fue un acontecimiento extraordinario en todos los sentidos. Un estallido de furia con un principio y con un final muy concretos que, sin embargo, descubrió todos los descontentos del pueblo. Aquellos episodios tuvieron consecuencias importantes (como la caída del gobierno de Maura), pero para los protagonistas, tras el aboroto, todo siguió igual. Cuando se cumple un siglo de los hechos, diversas editoriales han lanzado novedades o revisiones de textos relativos a aquellos días.

Edicions 62 ha reeditado el clásico Maragall i la Setmana Tràgica, ópera prima de Josep Benet. Destino (Columna, en catalán), publica Siete días de furia, un repaso riguroso y documentadísimo del historiador Antoni Dalmau. Pòrtic lanza La Setmana Tràgica, del profesor David Martínez Fiol.

Pero la espontaneidad de aquella rebelión podría parecer un argumento de ficción. Así lo entendió Andreu Martín, que aceptó el encargo de escribir una novela sobre La Semana Trágica. En Barcelona trágica (Ara Llibres) describe aquellos días a través de una familia de la alta burguesía.

Ficciones muy realistas

Con esta ficción, Martín novela hechos, peculiaridades documentadas y muy enriquecedoras para dar una idea de la situación que se vivió en las barriadas más pobres, en los barrios altos, en las iglesias y en las barricadas. En la novela queda clara la intención de los sublevados: 'Si los obreros enfurecidos nos odian a nosotros, no les odiarán a ustedes', comenta un obispo al poderoso empresario. 'Si nos atacan a nosotros no les atacarán a ustedes y si queman iglesias no quemarán sus fábricas ni sus mansiones'. Las casas de los burgueses, en efecto, no fueron objetivo de los insurrectos.

Anagrama, por su parte, apuesta por la historia novelada de la vida de Ferrer i Guàrdia que ha escrito el onubense Julián Granado: De Humanidad y polilla, basado en las biografías publicadas por Sol, una de las hijas del creador de la Escuela Moderna.