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Londres prepara un aumento de sus tropas en Afganistán

El Gobierno ya no descarta enviar otros 2.000 soldados como pide el Ejército

 

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

La presión sobre el Gobierno ha podido más que las limitaciones presupuestarias. El Ministerio británico de Defensa prepara un sustancial aumento de las tropas en Afganistán con el fin de que alcancen el nivel que la cúpula militar había pedido sin éxito de forma insistente. De momento, se trata de un plan, según contó ayer The Observer, pero pocos dudan de que se llevará a cabo, en especial tras la elevada cifra de bajas producidas en las dos últimas semanas.

Si se cumplen las previsiones, otros 2.000 soldados serán destinados en los próximos meses a la provincia de Helmand, en el sur del país.

Gordon Brown intenta acallar así las crecientes críticas, poco habituales hasta hace unos meses. Sólo los dirigentes del Partido Conservador quedan al margen de esta presión porque quieren salvaguardar el consenso básico sobre Afganistán que mantienen los dos grandes partidos.

Sin embargo, ex ministros tories de gobiernos anteriores no tienen la obligación de ser tan discretos. 'Las necesidades de las operaciones de combate se suman siempre al presupuesto normal de Defensa', ha dicho el ex ministro de Exteriores Malcolm Rifkind. 'No derrotamos a Hitler pensando en el dinero que nos podíamos gastar'.

El Ministerio hizo públicos ayer los nombres de seis de los soldados muertos en las 24 horas anteriores. Tres de ellos tenían sólo 18 años.

Las últimas dos semanas han sido las peores vividas por el Ejército en Afganistán desde 2001. Ha sufrido 15 bajas en 10 días. Los familiares de algunos de estos soldados no esconden sus sentimientos ante la prensa. Casi todos desconfían de las promesas del Gobierno y pocos creen que las tropas deberían continuar en Afganistán. En un reflejo de lo que piensa la opinión pública, parecen haber perdido cualquier esperanza en un desenlace positivo de la guerra.

La falta de helicópteros es otro de los asuntos a los que tiene que hacer frente el Gobierno. Varios generales retirados recuerdan que el Ejército dejó de usar en el Ulster las carreteras cuando el IRA las convirtió en demasiado peligrosas. Todos los aprovisionamientos a las bases se hacían por vía aérea.

El ministro de Defensa, Bob Ainsworth, negó ayer que contar con más helicópteros pueda reducir el número de bajas. Para ello, recordó la emboscada en la que cinco soldados murieron en una explosión en una patrulla a pie en un valle supuestamente liberado del control talibán. Las tropas están obligadas a dejar patente su presencia en las zonas recuperadas a los talibanes para que éstos no vuelvan a recuperarlas, y eso no se puede hacer desde un helicóptero.

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