Occidente tiene que tratar a Irán con más respeto. 'Lo mejor y lo más fructífero para todos es apostar por la negociación y armarnos de paciencia', dijo ayer el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, tras un encuentro en Berlín con la canciller Angela Merkel. 'No es de recibo aumentar todos los días la presión contra el Gobierno iraní y tratar a Irán como si fuera un país sin importancia', añadió.

El presidente brasileño, quien causó preocupación en algunos gabinetes occidentales al recibir la semana pasada al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, cree que mejorar las formas es la mejor manera de solucionar el conflicto de los programas nucleares.

'Necesitamos un nuevo estilo de conversación para eliminar la desconfianza mutua y entenderse', insistió. 'No sé si soy ingenuo o demasiado optimista', comentó. Todos los estados deberían ir eliminando sus arsenales nucleares y 'así tendríamos mejores argumentos para convencer al prójimo', añadió.

Merkel combinó la crítica suave con la declaración protocolaria y repitió que lo importante en este asunto es 'la absoluta transparencia' y la cooperación con las autoridades nucleares internacionales, algo que Irán 'no ha respetado siempre', criticó.

La canciller alemana no ve ningún problema en combinar la oferta de diálogo con las amenazas de sanciones. En cualquier caso, esos esfuerzos no han fructificado de momento en 'ningún progreso', y Teherán 'ya ha puesto suficientemente a prueba la paciencia de Occidente', advirtió Merkel.