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El 'machismo' de Cañete resucita al PSOE en el ecuador de la campaña

IÑIGO ADURIZ

De un plumazo, el PSOE ha conseguido desprenderse de la obligación de justificar y argumentar que no es lo mismo del PP y, simplemente, ha comprobado que le basta con dejar hacer al cabeza de lista de los conservadores, Miguel Arias Cañete. Porque ni las propuestas, ni las respuestas a las acusaciones de IU y ni siquiera las proclamas pronunciadas en los mítines consiguieron la semana pasada encender la chispa de la ilusión en las filas socialistas, según se pudo comprobar en la mayoría de los actos celebrados hasta la noche del jueves en la que se produjo el cara a cara entre el exministro conservador y Elena Valenciano. 

Lo que realmente ha metido de lleno en campaña al principal partido de la oposición han sido el propio debate y, sobre todo, las declaraciones machistas pronunciadas el viernes por el que se consideró a sí mismo perdedor del mencionado cara a cara. Cañete y su mención a la 'superioridad ideológica' y al machismo han conseguido resucitar y encender tanto a los dirigentes como a los simpatizantes de un PSOE al que durante los seis primeros días de la travesía hacia el 25 de mayo se vio desanimado y condicionado por los malos augurios de las encuestas. 

El inicio de campaña se caracterizó por un perfil bajo, al que contribuyeron circunstancias ajenas. Además de los días que había reservado para preparar el debate inicialmente previsto para el martes 13, el accidente ocurrido en Badajoz y en el que fallecieron cinco menores le obligó a cancelar el mitin previsto para el viernes 11 en Cáceres. El lunes, el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, provocó la suspensión de la campaña electoral durante dos días, y el retraso del cara a cara al jueves 15, con la consecuente cancelación de los actos previstos para los días anteriores.

Pero no fueron sólo cuestiones ajenas al partido las que facilitaron un amargo inicio de campaña. La desmovilización instalada en la casa socialista desde la pérdida del poder en 2011 quedó patente desde el primer día y, conscientes de la misma, por la propia estructura organizativa planteada por los coordinadores de la campaña. Desde la apertura, que se celebró en un parque del distrito madrileño de Villaverde en el que se reunieron unas 700 personas, se sucedieron distintos mítines con aforos pequeños y con públicos que principalmente eran de edades mayores, con la excepción del que tuvo lugar el pasado domingo en Málaga, que con Susana Díaz como cabeza de cartel sí congregó a miles de personas de toda condición.

Todo cambió la noche del jueves, durante el debate que claramente controló Valenciano, y sobre todo en la mañana del viernes, cuando Cañete lanzaba su particular bomba de campaña: 'El debate con una mujer es complicado. Si demuestras superioridad intelectual o la acorralas, es machista', aseguraba el candidato del PP en una entrevista televisiva. Entonces, la maquinaria socialista, que ya pensaba utilizar como eje la igualdad y la lucha contra la reforma de la ley del aborto, se puso en marcha con más argumentos e ilusión que en las semanas anteriores. 

La candidata del PSOE fue por primera vez aclamada el mismo viernes en un acto que por primera vez era masivo fuera de Andalucía. Varios miles de personas reunidas en un pabellón deportivo de Murcia gritaron al unísono una frase significativa para comprender el peso que el cara a cara del jueves tendrá en la campaña. 'Otro debate, otro debate', corearon, según diversos testigos. 'Campeones, campeones', entonaron también, con un optimismo inédito en lo que hasta entonces había transcurrido de campaña.

La escena se repetía este mismo sábado en la ciudad de Valencia. Aunque con algo menos de público que el día anterior, el parque del Oeste de la capital mediterránea congregaba a unas 3.000 personas que, por primera vez, reclamaron a Valenciano, a ella, durante el paseíllo que realizó junto al líder del PSPV, Ximo Puig, hacia el atril de los oradores, y que banderas en mano, aplaudieron en pie a la socialista todas sus alusiones al 'machismo' de Cañete, o a los intentos por coartar la libertad de las mujeres de ministros, obispos o jueces. 

Desde la propia Ejecutiva federal celebraban ayer 'el subidón' que el debate provocó en su campaña. Incluso aseguraron que la Fiesta de la Rosa del PSPV fue 'la más animada de los últimos años' mientras la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, 'pinchaba', según fuentes de Ferraz, en su acto en Valladolid. El mejor escenario para los socialistas sería pues poder alargar el segundo efecto Cañete, el de su frase machista -el primero fue el de su irrupción en campaña-, hasta el próximo domingo, día de los comicios.

Por el momento, la última de la etapa hasta el 25 mayo se inicia hoy domingo en Durango (Bizkaia), en el acto de celebración de la Fiesta de la Rosa de los socialistas vascos en la que Valenciano coincidirá con el exlehendakari Patxi López, uno de los nombres que más suena para las primarias del partido con las que el PSOE escogerá a su próximo candidato a la Moncloa. 

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