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Macri se consolida en la alcaldía de Buenos Aires con vistas a las presidenciales de 2015

EFE

El contundente triunfo electoral logrado hoy por el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, no sólo le permite retener por cuatro años más el gobierno de la capital argentina sino también consolidar su poder con vistas a las presidenciales de 2015.

Con el 99,2% de los sufragios escrutados, Macri logró hoy su reelección en segunda vuelta con el 64,3% de los votos, frente al 35,7% obtenido por su contrincante, el senador Daniel Filmus, del Frente para la Victoria que lidera la presidenta argentina, Cristina Fernández.

El porcentaje de adhesión logrado por el líder de Propuesta Republicana (Pro), fuerza de centroderecha fundada en 2005, fue incluso superior al 60,7% que le permitió a Macri acceder a la alcaldía de Buenos Aires hace cuatro años, también en una segunda vuelta ante Filmus.

El triunfo obtenido de Macri, que en la primera ronda electoral, el pasado día 10, había alcanzado un caudal de votos del 47,08%, no fue una sorpresa para nadie.

Las encuestas lo daban por descontado, al igual que en Pro y también en las filas del Gobierno, al punto de que Fernández, que buscará su reelección en octubre próximo, casi no participó en la campaña porteña para evitar quedar pegada a una derrota de Filmus.

El triunfo de Pro en Buenos Aires, tercer distrito electoral de Argentina, se suma al golpe que la fuerza conservadora dio el pasado 24 en las elecciones a gobernador en la central provincia de Santa Fe, cuarto distrito con mayor número de votantes.

Allí, el carismático postulante de Pro, el actor cómico Miguel del Sel, sorprendió al arrebatarle el segundo puesto al candidato del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, un desempeño que ningún encuestador predijo.

Exultante, Del Sel dijo que seguirá adelante con su carrera de humorista y también con la política, apoyando las apetencias presidencialistas de Macri para 2015.

El Pro no tendrá oportunidad de capitalizar electoralmente estos resultados en otros distritos pues no presentará candidatos a gobernador en los comicios que en lo que queda del año se disputarán en varias provincias.

Tampoco participará en las presidenciales del 23 de octubre pues el propio Macri resolvió en mayo pasado bajarse de esta carrera ante el favoritismo que los sondeos le atribuyen a Cristina Fernández y optó, en cambio, competir nuevamente por la Alcaldía.

"Con el éxito de De Sel en Santa Fe y esta confirmación del triunfo en segunda vuelta, Macri es hoy el dirigente opositor de más peso, pero no tiene candidato a presidente ni tiene alternativa nacional", señaló el analista Rosendo Fraga, del centro de estudios Nueva Mayoría.

Según el experto, Macri puede sin embargo "jugar un gran papel como elector" el próximo 14 de agosto, cuando Argentina celebre sus primeras elecciones primarias abiertas y obligatorias.

En esos comicios, diez precandidatos a presidente buscarán lograr al memos el 1,5 por ciento de los votos necesarios que le habilitarán a participar en las elecciones de octubre.

Pero además, el resultado de las primarias definirá cuál de todos los candidatos opositores está en mejores condiciones de hacerle frente a Cristina Fernández, lo que podría generar una polarización de las adhesiones en el arco opositor.

Con las arengas de sus seguidores de "se siente, Macri presidente" como música de fondo, el alcalde anticipó hoy que desde este lunes su deseo es reunirse con todos los precandidatos presidenciales, incluyendo a Fernández, para analizar si da su respaldo a alguno de ellos.

Meses atrás, cuando aún pensaba en competir en octubre, el alcalde de Buenos Aires negoció sin resultados positivos la conformación de una alianza electoral con el expresidente argentino Eduardo Duhalde y el diputado Francisco de Narváez, un empresario de origen colombiano.

Ambos peronistas disidentes, Duhalde competirá por la Presidencia mientras que De Narváez buscará la gobernación de Buenos Aires en una alianza con el diputado radical Ricardo Alfonsín, quien aspira a gobernar Argentina como lo hizo su padre, Raúl Alfonsín, entre 1983 y 1989.

Seguramente en la decisión de Macri de apoyar a uno u otro -o a ninguno- pesarán cuestiones ideológicas pero también sus aspiraciones para 2015, cuando estos mismos actores podrían ser ya no aliados sino rivales directos.

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