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El mal tiempo obliga a detener la búsqueda de víctimas del crucero naufragado

EFE

El mal tiempo ha obligado a suspender hoy las tareas de búsqueda de desaparecidos del crucero "Costa Concordia", que yace encallado frente a las costas de la isla italiana del Giglio tras naufragar el pasado día 13 de enero.

El fuerte viento y el oleaje ponen en peligro la vida de los buzos italianos empeñados en la búsqueda de las 15 personas que siguen desaparecidas tras el naufragio y por ello se decidió suspender sus tareas, informó la unidad de crisis que sigue las operaciones.

Además, según los medios italianos, las condiciones del mar están provocando que el crucero se mueva con mayor intensidad que en los pasados días.

Los técnicos han calculado, según dichos medios, que en las últimas seis horas el casco se ha movido 3,5 centímetros, mientras en días pasados se deslizaba dos o tres milímetros cada hora.

Además las condiciones meteorológicas seguirán empeorando en los próximos días y por ello esta mañana se celebrará una reunión entre todos los equipos de búsqueda para decidir qué hacer.

La cifra de muertos en el naufragio aumentó ayer a 17, después de que los buzos encontraran el cadáver de la peruana Erika Soria Molina, de 26 años, que trabajaba como camarera en el crucero.

Por otra parte, siguen suspendidas las labores de preparación para la extracción de las 2.300 toneladas de carburante almacenadas en los tanques del crucero.

El portavoz italiano de la compañía holandesa Smit, que se ocupará de la extracción, Massimiliano Igueira, explicó ayer en una rueda de prensa en la isla del Giglio que esa maniobra "no se retomará antes de mediados de la próxima semana" debido al mal tiempo.

La compañía había previsto comenzar ya este fin de semana a extraer el carburante que amenaza las costas y las aguas de uno de los parques marinos más importantes del país.

En los últimos días, los técnicos de la compañía holandesa han perforado cuatro de los seis tanques en los que está almacenado el 50 por ciento del carburante.

Quedan por perforar así los otros dos tanques para comenzar las tareas de extracción, que consisten en calentar los tanques para licuar el carburante, que después será trasladado a unas cisternas externas, mientras se bombea agua de mar a las bodegas que van quedando vacías para evitar que la nave pueda desequilibrarse.

Los trabajos para sacar el carburante del crucero durarán unos 30 días, según la Protección Civil italiana.

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