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El mando de las tropas en Afganistán, en la cuerda floja por sus críticas

EFE

La Casa Blanca convocó al jefe de las tropas de Estados Unidos en Afganistán, el general Stanley McChrystal, tras conocerse sus críticas al presidente Barack Obama y otros altos cargos en EE.UU., que amenazan con costarle el puesto.

Las críticas se incluyen en un artículo de la revista Rolling Stone que ha levantado ampollas antes incluso de su publicación hoy en Internet y que ha obligado al propio McChrystal a pedir disculpas públicamente.

El general acudirá mañana a reuniones en el Pentágono y al encuentro mensual en la Casa Blanca sobre Afganistán, donde dará explicaciones personalmente a Obama sobre sus comentarios.

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, rechazó hoy confirmar si McChrystal continuará en su puesto al término de esa reunión y se limitó a indicar que hay que "esperar y ver el resultado de ese encuentro", en un indicio de que el general podría quedar relevado.

McChrystal, agregó el portavoz, "ha cometido un tremendo error" y mañana "tendrá la ocasión de explicar sus comentarios" en el encuentro, en el que Obama pedirá a su equipo de seguridad nacional su compromiso específico con la estrategia que se sigue en Afganistán.

El secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates -quien apoyó en su día el nombramiento y la estrategia en Afganistán de McChrystal-, ha calificado también las declaraciones del alto mando como "una equivocación importante".

En un comunicado, Gates apunta que en Afganistán "combatimos una guerra contra la red Al Qaeda y sus aliados extremistas... Debemos cumplir esa misión unidos".

Funcionarios del Pentágono han indicado que un asesor de comunicaciones de McChrystal ya presentó su dimisión.

El escándalo ha saltado a la luz en un momento complicado para la Casa Blanca, que se encuentra inmersa en una campaña para persuadir al público estadounidense de que actúa con eficacia contra el vertido de petróleo en el Golfo de México.

Al mismo tiempo, la Casa Blanca debe hacer frente también a dudas crecientes sobre la marcha de la guerra en Afganistán, donde la ofensiva de comienzos de año en la región de Marja no ha dado tantos frutos como se esperaba y se retrasa la ofensiva contra el feudo talibán de Kandahar.

El artículo no hace sino ahondar en lo que ya era "vox populi" acerca de desacuerdos internos en el Gobierno de EE.UU. sobre Afganistán, donde Obama ha cuadruplicado la presencia militar estadounidense desde su llegada al poder hace un año y medio.

La estrategia para ese país aprobada el pasado noviembre por Obama, tras un largo proceso de debate interno en la Casa Blanca, se hacía eco en buena medida de las peticiones de McChrystal, que había solicitado decenas de miles de refuerzos, y prevé que a mediados del año próximo pudiera comenzar la retirada.

McChrystal prevaleció frente a las opiniones de otros altos funcionarios, como el vicepresidente Joe Biden, más partidarios de reducir la presencia militar.

Aunque Obama respaldó al general, los dos hombres nunca han congeniado en exceso. Según han publicado medios estadounidenses, en el proceso de debate de la estrategia, el presidente reprochó entonces al general que reclamara refuerzos de manera excesivamente pública.

En el artículo que publica Rolling Stone, McChrystal se muestra muy crítico contra el enviado especial estadounidense para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, al que describe como un "animal herido" y del que afirma que teme hasta leer sus correos electrónicos.

El general también se declara "traicionado" por la filtración el año pasado de un cable diplomático clasificado escrito por el embajador de EE.UU. en Kabul, Karl Eikenberry, que expresa dudas sobre la conveniencia de reforzar con más soldados al desprestigiado Gobierno afgano.

Aún más despectivos son los comentarios que, según el artículo, profieren otros asesores del general, que describen al consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, James Jones, como "un payaso" que "se ha quedado en 1985".

Uno de estos asesores también alude al vicepresidente Biden como "Bite Me" ("Muérdeme").

McChrystal quedó al frente de las tropas en Afganistán hace un año, en sustitución del general David McKiernan, quien abogaba por una estrategia más convencional en ese país.

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