Las fuerzas de seguridad filipinas se hicieron el jueves con el control de dos pueblos del sur del país y arrestaron a 20 hombres vinculados con la muerte de 57 personas en una brutal masacre relacionada con elecciones locales ocurrida esta semana, dijeron las autoridades.

Los soldados también desarmaron a 200 miembros de una fuerza paramilitar controlada por una poderosa familia local en un momento en el que las autoridades se preparan para detener al principal sospechoso que forma parte del clan político, dijo el portavoz militar, el teniente coronel Romeo Brawner.

"Esperamos que el alcalde Andal Ampatuan Jr sea entregado pacíficamente a las autoridades en cualquier momento del día", dijo Brawner. Aún no hay acusaciones contra Ampatuan, pero los diarios han citado a testigos diciendo que él estuvo en la escena en el momento de los asesinatos.

No todas las víctimas han sido identificadas, pero se cree que 22 serían periodistas, lo que convierte al ataque del lunes en el más letal contra la prensa que se conoce.

Entre los muertos se incluyen varias mujeres del poderoso clan Mangudadatu que viajaban a inscribir la candidatura de un miembro de su familia al cargo de gobernador provincial en las elecciones del próximo año.

Las disputas entre familias son comunes en el sur de Filipinas y el clan Mangudadatu está enfrentado desde hace meses con el clan Ampatuan, otra familia local.

Brawner dijo que 20 miembros de una milicia civil bajo el control de responsables provinciales fueron arrestados, pero no dio detalles.

"En este punto, el alcalde de Datu Unsay, Andal Ampatuan Jr, es un sospechoso", dijo a la prensa Jesus Verzosa, jefe nacional de policía.

El ataque del lunes fue llevado a cabo por unos 100 hombres armados, que condujeron a las víctimas a una remota colina y los atacaron con rifles M-16 y machetes. Al menos 10 de los muertos eran conductores que pasaban por la carretera y aparentemente presenciaron el secuestro.