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Maradona protagoniza la rivalidad entre Argentina y Alemania

Reuters

Diego Armando Maradona y Joachim Löw se encontraban en extremos opuestos en términos futbolísticos cuando Argentina y Alemania se enfrentaron en las finales de los Mundiales de 1986 y 1990, pero los dos partidos dejaron en ambos una huella profunda e imborrable.

Las dos finales fueron determinantes para desarrollar una de las mayores rivalidades del fútbol internacional y el último capítulo de este duelo se escribirá el sábado cuando ambos equipos se enfrenten en Ciudad del Cabo por un puesto en las semifinales del Mundial de Sudáfrica.

Maradona, actual seleccionador argentino, vivía su mejor momento como futbolista en 1986, cuando lideró a su país para conseguir el segundo Mundial, marcando cinco goles consecutivos que culminó con la emocionante victoria por 3-2 en la final ante la República Federal Alemana.

Algunas de las principales imágenes de la historia del fútbol se vivieron en ese torneo bajo el sol mexicano.

Maradona regateó a seis defensas belgas, anotó el famoso gol con la mano al portero inglés Peter Shilton y marcó uno de los mejores goles de todos los tiempos ante la propia selección inglesa, tras regatear a gran parte del equipo.

En 1990, Argentina peleó intensamente para llegar a la final pero, cuando se enfrentó de nuevo a Alemania en el partido final, llegó con importantes jugadores sancionados, algo que el equipo alemán aprovechó para vengarse de la edición anterior, ganando 1-0 con un gol de Andreas Brehme de penalti.

Para el seleccionador alemán, Joachim Löw, que intentó hacerse un hueco como jugador en la década de 1980 y se embarcó en la carrera de entrenador hacia 1990, Maradona lo era todo.

"Esos partidos tienen una larga historia, pero durante ese tiempo Maradona tuvo una etapa muy fuerte y dominante, marcando una época como ningún otro jugador", dijo Löw el viernes.

MÁGICO

"Era mágico con su juego. Con su creatividad e imaginación (Maradona) inspiró a todo el mundo. En 1986, estaba en su punto más alto como futbolista. Ganó el Mundial con Argentina jugando prácticamente solo", sostuvo Löw.

Sin embargo, Löw tiene una visión mucho más pareja de los equipos que se enfrentarán el sábado en el Mundial.

Ambas selecciones tienen como base a los jugadores que se midieron en cuartos de final hace cuatro años, donde Alemania eliminó en la tanda de penaltis a Argentina.

Como segundo entrenador de Jürgen Klinsmann, Löw vio como ambos equipos empataban 2-2 en dos partidos disputados en 2005, uno en la Copa Confederaciones y el otro en un amistoso.

El encuentro del Mundial 2006 tuvo de todo, desde la definición por penaltis hasta una intensa pelea, pero el técnico alemán cree que la disputa no fue reflejo de lo que se vivió en el partido.

"Hubo algo de violencia, pero eso no debería estar en nuestras cabezas. Nunca he pensado que fuera injusto o violento, el encuentro fue muy reñido durante 120 minutos", comentó.

"Ellos son apasionados y están totalmente comprometidos. Van al límite, al igual que todos los equipos sudamericanos, pero hacen lo que está permitido. Son muy fuertes físicamente. Vimos eso en 2006, y lo volvimos a ver en la derrota por 1-0 en el amistoso en Múnich", dijo Löw.

Esa victoria, decidida por el gol de Gonzalo Higuaín, fue la octava de Argentina ante Alemania, en una rivalidad que comenzó en el Mundial de 1958, cuando los alemanes ganaron el primero de sus cuatro encuentros ante los argentinos.

Con estos antecedentes, lo que ocurrirá en el partido del sábado es una incertidumbre.

"Ambos equipos son capaces de ganar, sabemos que será otro encuentro complicado", dijo Löw, que dedicó sus últimas palabras a Maradona.

"Siempre fue un jugador ofensivo. Y sabemos que esa es la marca que quiere dejar como técnico", concluyó.

POLÉMICO MARADONA

Por su parte, Maradona cargó contra los árbitros del Mundial antes del partido contra Alemania, después de que los futbolistas alemanes acusaran a su equipo precisamente de presionar a los colegiados.

Maradona consideró que su compatriota Héctor Baldassi estuvo "horrible" en el partido de octavos de final entre España y Portugal, y aseguró que el trío arbitral pitó a favor de los actuales campeones de Europa, concediéndoles un gol en fuera de juego y expulsando injustamente al jugador luso Ricardo Costa.

"El (gol) de (David) Villa es un offside (fuera de fuego) grande como este Mundial. Baldassi estuvo muy mal, pero el línea era Andrea Bocelli", dijo el polémico seleccionador arrancando las risas de la prensa al comparar al asistente Hernán Maidana con el célebre músico ciego italiano.

"Me parece que en cada pelota dividida le cobró para España, me parece que en cada cosa que hacía un portugués no lo dejaba avanzar, hubo dos o tres agarrones de los españoles que no cobró. Y eso condiciona", explicó Maradona.

También tuvo palabras para el árbitro que no vio el gol con el que Inglaterra habría empatado 2-2 ante los alemanes en octavos de final y que finalmente acabó ganando Alemania 4-1.

"El gol fue muy clarito (...) Si el línea no ve entrar eso entonces para que está, que está ¿mirando la tribuna? No, estaba enfrente y entró medio metro la pelota", aseguró.

Hace unos días, el centrocampista alemán Bastian Schweinsteiger se quejó de la falta de respeto de los jugadores "albicelestes" para tratar de presionar a los árbitros.

"Esto comienza antes del partido. Se ve cómo gesticulan, cómo intentan influir al árbitro. Eso no es parte del juego, es una falta de respeto", dijo el jugador el miércoles.

Por su parte, Maradona se sumó a los que piden el uso de medios electrónicos para evitar los errores arbitrales, pese a que en octavos de final un fallo del línea permitió al delantero Carlos Tévez abrir el marcador ante México en claro fuera de juego, para acabar ganando 3-1.

"Pero son cosas que pasan en el fútbol y van a seguir pasando lamentablemente hasta que no metamos la tecnología", dijo el autor del polémico gol con "La Mano de Dios" ante Inglaterra.

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