Sevilla, 13 jun (EFE). -La soprano granadina Mariola Cantarero triunfó anoche en el Teatro Maestranza de Sevilla con el papel protagonista de "La traviata", de Verdi, ópera que canta por primera vez y que ha supuesto su debut en el teatro sevillano.

El público (1.800 asistentes, aforo completo) la ovacionó de pie, con bravos y prolongados aplausos al final de la representación. Junto a ella, también triunfó el tenor jerezano Ismael Jordi, en el papel de Alfredo Germont.

Los dos cantantes andaluces, que forman parte del llamado 'segundo reparto' que el Maestranza ha previsto para tres de las siete funciones programadas de "La traviata" con producción escénica de Franco Zeffirelli, han logrado un éxito sin precedentes en la corta historia del escenario sevillano.

Mariola Cantarero se enfrentó al complejo rol de Violetta Valéry con la voz en plena forma: volumen adecuado, elegantes pianísimos, firmes filados, fraseo exquisito y solvencia en los pasajes de agilidad. Esto, unido a la expresividad natural que emana de su voz y a la muy trabajada interpretación escénica del personaje, ha propiciado que el público se emocione y sea capaz de sufrir y llorar con el sacrificio de amor que realiza esta 'dama de las camelias'.

Ismael Jordi, quien ya había logrado el éxito anteriormente en el Maestranza con las óperas "L'elisir d'amore" y "Don Pasquale", exhibió su hermosa voz de tenor lírico y delineó un Alfredo Germont de estilo belcantista que el público premió con entusiastas aplausos y bravos.

Junto a ellos, actuó el barítono rumano George Petean, que encarnó a un convincente Giorgio Germont y también cosechó las ovaciones del público.

La Sinfónica de Sevilla, el Coro del Maestranza y la experta batuta del maestro Andrea Licata contribuyeron decisivamente al éxito.

David Cuesta