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Mariza, la actual dama del fado, emociona al público en su cita en Madrid

EFE

La cantante portuguesa Mariza demostró con una brillante actuación enmarcada en la programación de los Veranos de la Villa porque se ha convertido en tan sólo una década en la fadista más reconocida a nivel mundial.

La lusa -aunque original de Mozambique- logró emocionar con su interpretación al público que llenó el escenario Puerta del Ángel y que disfrutó, durante cerca de dos horas, de algunos de los temas más conocidos de su discografía y de la participación del cantante Ricardo Ribeiro.

Mariza (Mozambique, 1973), que se dio a conocer en 1999 en un homenaje póstumo a la diva portuguesa Amalia Rodrigues, abrió su concierto con "Já me deixou", uno de los temas de su último trabajo, "Terra" (2008). El álbum está producido por el español Javier Limón, que se encontraba entre el público y al que la cantante dedicó unas palabras de agradecimiento.

Y del último pasó a su disco de debut, "Fado em mim" (2001), con la canción "Maria Lisboa", con la que consiguió los primeros coros de los espectadores. La comunicación con el público, al que se dirigió en español, no paró ya hasta el final de la noche.

De ese primer disco también recordó temas como "Sr. Vinho" o "Barco negro", una contundente pieza en la que el trabajo de percusión de Vicky Marques, uno de los músicos que la acompañaba, fue el protagonista.

Antes de cantar "Meu fado meu", de su disco "Transparente" (2005), recordó que se trata de un tema que interpretó con su "querido" Miguel Poveda, cantaor con el que compartió el pasado junio, junto a la Orquesta Nacional, un concierto en el Auditorio Nacional de Música de Madrid.

La mozambiqueña, aunque criada en el barrio lisboeta de Mouraria, volvió a su trabajo más reciente con temas como "Morada aberta", "Beijo de saudade", que interpreta en el álbum junto al cantante caboverdiano Tito Paris, o "Vozes do mar", en la que pone letra a un poema de Florbela Espanca, "la mejor poetisa portuguesa", dijo.

Tres de los cinco músicos que la acompañaban -Ángelo Freire (guitarra portuguesa), Diogo Clemente (guitarra acústica) y Marino de Freitas (bajo acústico)- ofrecieron un fado instrumental, "lo que en Portugal se conoce como guitarrada", explicó la cantante, que siguió con "Primavera", uno de sus "temas favoritos".

La artista, combinación de elegancia y simpatía, cedió el escenario durante unos minutos al portugués Ricardo Ribeiro: "Si hay una voz masculina destacable de la nueva generación de fado, es la de este amigo", comentó al presentarle. Ribeiro terminó su breve actuación de tan solo tres temas con "Moreninha da travessa".

La primera cantante portuguesa en estar nominada a los Grammy siguió con "un viaje por los ritmos tradicionales portugueses". Sonaron "Rosa branca", "Minh'alma" y "Feira de castro", tras la que recibió una larga ovación.

Volvió al sonido intimista con la famosa "Ó gente da minha terra". Y como regalo final, obsequió al público con un tema en español e interpretó de forma soberbia "Te extraño", del cantautor mexicano Armando Manzanero.

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