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McCartney y Mills, cara a cara en los tribunales

EFE

Paul McCartney y su última esposa, Heather Mills, se vieron hoy las caras en el Tribunal Superior de Londres al comienzo de un proceso judicial de varios días en el que se dirimirá su divorcio.

La ex modelo, de 40 años, fue la primera en llegar al juzgado londinense en un Mercedes negro de cristales oscuros, mientras que el ex Beatle, de 65, lo hizo poco después, sonriente y aparentemente relajado.

Mills, que perdió una pierna al ser atropellada por un coche de Policía en 1993, fue escoltada al interior del tribunal, donde se celebrarán las audiencias a puerta cerrada.

Según la prensa británica, la activista contra las minas terrestres se representará a sí misma en este caso, tras haber despedido a su antiguo abogado, Mishcon de Reya, al que se calcula que debe dos millones de libras (unos 2,7 millones de euros) en concepto de honorarios.

Esa decisión de Mills de prescindir de representación legal puede complicar el juicio, ya que ella misma deberá interrogar a su marido y defender sus intereses, lo que, en un caso como éste, en el que se barajan cifras de compensación récord, puede ser contraproducente.

De acuerdo con expertos consultados por "The Times", el hecho de que no cuente con abogado obligará al juez a clarificar y precisar en todo momento sus argumentos.

Nadie sabe exactamente en que momento de la negociación se encuentra la pareja, que desde que anunció su divorcio tras cuatro años de matrimonio, en mayo del 2006, ha intercambiado amargas acusaciones en la prensa.

"The Times" indica hoy que "Sir" Paul ofreció a Mills una suma de 20 millones de libras más una paga anual de 2,5 millones hasta que la hija de ambos, Beatrice, de 3 años, cumpla 18.

Esta oferta, con un valor total de 55 millones de libras de una fortuna personal del músico calculada en 825 millones, conllevaría una cláusula de confidencialidad para la ex modelo, que no podría hablar o escribir sobre su relación o ruptura.

El periódico afirma que Mills, que no acepta esa exigencia, apuesta por obtener aún más, hasta 70 o 80 millones de libras.

En todo caso, la cifra del divorcio podría sentar un récord en el Reino Unido, donde en mayo del 2007 el empresario John Charman fue obligado a pagar 48 millones de libras a su ex esposa.

Los expertos en derecho de familia han señalado que, a la hora de resolver la disputa, el tribunal deberá velar por los intereses de Beatrice y asegurarse de que no exista una gran disparidad entre el estilo de vida de sus padres.

También se tendrá en cuenta que ha sido un matrimonio corto y la cantidad de dinero que se ha generado durante ese periodo.

Aunque el proceso en la Sección de Familia del Tribunal Superior se celebrará a puerta cerrada, incluso el fallo, las vistas pasarían a ser públicas si alguna de las partes recurriera al Tribunal de Apelación.

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