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El mercado encarece la deuda y luego pide 7.700 millones

La rentabilidad de los bonos a cinco años escala a niveles de 2002 y se colocan 3.000 millones

A. FLORES

La banca ya tiene en su balance otro buen puñado de títulos del Tesoro español mejor pagados que los que tenía. Tras la bajada por Moody's de la calificación de Portugal hasta el nivel del bono basura el pasado martes, el mercado se tensó por la venta masiva de títulos españoles (debido a la alta exposición al país vecino), lo que disparó la rentabilidad exigida en el secundario (compraventa de títulos ya emitidos). Ayer esos mismos inversores se lanzaron en manada a comprar bonos nuevos con una rentabilidad que no se veía, en el caso de los títulos a cinco años, desde 2002. Porque cuando se crea tensión en el secundario, el Tesoro se ve obligado a ofrecer rentabilidades más altas para que acudan a financiarlo.

En total, se quisieron comprar títulos españoles por 7.712 millones de euros, casi triplicando lo adjudicado en el caso de los bonos a cinco años. Se entregaron títulos por 3.000 millones, repartidos a partes iguales entre los bonos a tres y a cinco años. Quién lo hubiera dicho cuando en la subasta anterior de este tipo de títulos la demanda fue muy alta pero no llegó a duplicar lo adjudicado, y después de una huida de Europa como la que el miércoles pareció protagonizar el dinero.

La rentabilidad exigida a los bonos a tres años se elevó hasta el 4,32%, un 6,64% más caros que en la subasta de este tipo de títulos del 2 de junio.

En el caso de los bonos a cinco años, los más demandados, el tipo de interés marginal al que fueron adjudicados se situó en el 4,89%, un 15,25% más caros para las arcas públicas españolas que en la subasta anterior del mismo tipo de deuda.

Según Daniel Pingarrón, estratega de IG Markets, 'tras la rebaja de la calificación de Portugal por Moody's, se vendieron muchos bonos españoles y eso afectó a la prima de riesgo, pero la demanda ha subido bastante y eso hace que se considere que ha sido una subasta positiva'.

Las bolsas europeas, después del rojo generalizado del miércoles, cerraron en positivo. No fue el caso del Ibex 35, que acabó plano con cierta caída (-0,08%) y para el que la mayor alegría fueron los diez minutos después de que el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, anunciase que aceptará bonos portugueses para dar liquidez a la banca, a pesar del movimiento de Moody's. El Ibex ganó en ese lapso de tiempo casi 100 puntos.

Pero la tensión sigue. El mercado no ha soltado la presa. La prima de riesgo española sólo se redujo ligeramente ayer (de 267 a 265 puntos básicos) y los CDS (seguros que cubren los bonos y que se utilizan para especular) siguieron aumentando de precio.

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