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Merkel también se puso gafas 3D para el estreno de "Pina"

EFE

El estreno en la Berlinale del documental "Pina", el homenaje de Wim Wenders a la fallecida coreógrafa alemana Pina Basch, congregó a la plana mayor de la política del país, incluida la canciller Angela Merkel, dispuesta a seguir con las "gafas 3D" el filme, proyectado en tecnología tridimensional.

Merkel, el presidente alemán, Christian Wulff, y la esposa de éste, Bettina, entraron en el Berlinale Palast acompañados del director del festival, Dieter Kosslick, unos minutos después de que lo hicieran Wenders y algunos miembros de la compañía de Bausch.

Las escenas más hermosas de su célebre "Café Müller", con la esquelética coreógrafa danzando con los ojos cerrados entre sillas vacías, renacieron así en ese tributo de Wenders, junto a otras piezas míticas como "La consagración de la primavera".

"Pina veía a través de los seres, nada escapaba a su mirada, pero de alguna manera hacía que uno no se sintiera desnudo ante ella. Al contrario, nos arropaba. Sobre esa mirada hicimos el filme", explicó Wenders, en la rueda de prensa tras el pase para los medios.

El filme nació de la conmoción por la muerte en 2009 de Bausch, de un cáncer fulminante a los 68 años, lo que llevó a Wenders a recuperar material de archivo y ensamblarlo con nuevas tomas.

La película, fuera de competición, era la tercera en esta jornada de domingo enteramente dedicada en su sección oficial al 3D, tras el film de animación "Les contes de la nuit", de Michel Ocelot, y el documental "Cave of forgotten dreams", de Werner Herzog.

Kosslick había prometido un "domingo sin quitarse las gafas del 3D", lo que resultó bastante fatigoso para quienes siguieron la jornada de la sección oficial al completo.

"Pina" fue, de las tres, la mejor lograda, puesto que en su mayoría son planos centrales, sobre un escenario, que siguen el discurrir de algunas de las escenografías de Bausch en su teatro o en las calles de Wuppertal, la ciudad donde fundó su teatro.

Herzog penetra en su documental en las cuevas de Ardèche, en el sur de Francia, donde en 1994 se descubrieron las pinturas de 30.000 años de antigüedad.

Su filme es inicialmente fascinante y sitúa al espectador literalmente entre estalacticas y cavidades en sus tres dimensiones, pero acaba mareando, debido a los movimientos de la cámara.

"Les contes de la nuit", primer filme de animación en 3D admitido a concurso en la Berlinale, relata mil maneras de conquistar el corazón de una princesa, sea como galán transmutado en lobo o en chico del tam-tam, en África, sobre imágenes mezcla del teatro de sombras chinescas y frutas y flores exóticas en tres dimensiones.

Sea porque las gafas del 3D pueden ser algo torturante, especialmente para quienes se las deben colocar sobre sus propias lentes de miope, o porque alguno entró en el cine con la vista cansada de alguna fiesta anterior, el caso es que, al tercer o cuarto cuento de Ocelot, empezaron las deserciones.

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