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El miedo empuja a la banca española a acaparar dinero

Récord en junio de petición de fondos al BCE por temor a la falta de liquidez. Las entidades le deben 126.300 millones. El crédito a los ciudadanos sigue congelado

V. Z.

Los bancos españoles no tenían antes de la crisis una especial tendencia a pedir dinero prestado al Banco Central Europeo (BCE). De hecho, les gustaban mucho más el resto de fuentes de financiación; es decir, los depósitos minoristas y las emisiones en los mercados de capitales. Eran su fórmula para captar fondos que luego prestaban a los clientes. Durante años, sus peticiones al organismo emisor fueron muy inferiores a lo que les correspondía (captaban menos del 4% del total cuando el peso español en la Unión Monetaria es algo superior al 10%).

Las cosas cambiaron con la llegada de la crisis y van a peor. En junio, llegaron al límite de tensión. Ha habido épocas en las que los mercados han estado cerrados a cal y canto (como los meses posteriores a la caída de Lehman Brothers) y las entidades españolas han tenido que hacer un mayor uso de los fondos del BCE. Pero en junio superaron todos los récords y saltaron todas las barreras como consecuencia del pánico que tienen a no tener liquidez suficiente para hacer frente a sus vencimientos porque los mercados y el resto de entidades no les prestan ni un euro. Cualquier tipo de deuda que tenga que ver con los países periféricos de la UE (España, Portugal o Grecia, sobre todo) se mira con mucha más reticencia que el resto. Y en los últimos meses, a raíz de los problemas griegos, el temor es cada vez mayor.

La banca española se quedó en junio con el 25,4% de todo lo prestado por el BCE

De los 80.000 millones que venía captando de media la banca española en los meses anteriores (muy por encima de los 15.000 millones de antes de la crisis), en junio reclamó 126.300 millones. Y, pese a que las entidades insisten en que el problema de la liquidez es europeo y no sólo español, las cifras conocidas ayer muestran que quienes más necesidad de fondos tienen (o interés por tenerlos, aunque no los necesiten de forma inminente) son los bancos y cajas nacionales. Mientras sus peticiones aumentaban en 41.000 millones en un mes, los del conjunto de la banca europea (incluida la española) descendían en 22.000 millones, hasta 496.616 millones. Es decir, la banca española captó en junio el 25,4% de los fondos que prestó el BCE.

Estas entidades se pertrecharon de dinero para tener suficiente para devolver el 1 de julio el gran préstamo que un año antes les había concedido el BCE (unos 70.000 millones de los 442.000 millones de la subasta conjunta). También siguen acumulando liquidez para reembolsar en septiembre la parte que les corresponde de los 225.000 millones que un año antes prestó el organismo emisor. Pero, sobre todo, acaparan para hacer frente a los vencimientos correspondientes a las emisiones realizadas en los años anteriores, cuando tanto dinero necesitaban para poder dar créditos a diestro y siniestro y mantener crecimientos superiores al 20% cada año.

En septiembre, hay un nuevo gran vencimiento de 225.000 millones

Sin embargo, el crecimiento de las peticiones de fondos en los últimos meses no ha llevado a la banca a elevar los créditos que conceden a los clientes, sino más bien al contrario. La financiación sigue congelada y cuanto más miedo tiene el sector a la falta de fondos, menos dinero presta a los clientes, por mucho que esté nadando en liquidez.

La banca justifica también que recurre más al BCE porque es dinero muy barato (barra libre al 1%) y les permite conseguir buena rentabilidad. Así lo aseguró ayer la presidenta de Banesto, Ana Patricia Botín, quien aseguró que tienen 2.500 millones prestados del BCE, cuando tienen un exceso de liquidez de 7.000 millones.

Pese a los datos de junio, los expertos están esperanzados con la apertura de los mercados en las próximas semanas, sobre todo una vez que se hagan públicos los test de estrés que se han realizado a las 91 mayores entidades europeas. El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, está convencido de que en breve la deuda emitida por los bancos será más atractiva que los bonos estatales, lo que abrirá una nueva vía de financiación y relajará la tensión.

En este contexto de grandes dificultades, la banca española sigue reclamando al BCE que suavice su política de liquidez y conceda dinero a más largo plazo.

Ante la negativa del BCE y la cerrazón de los mercados (sólo han conseguido emitir 25.650 millones este año), su única alternativa es captar depósitos de los clientes a un año, aunque la guerra se endureció tanto que para conseguirlos hay que pagar un precio muy elevado (el Santander abona el 4% anual) y, en muchos casos, no quieren o no pueden.

1. El compromiso

El comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, aseguró ayer que aprobará 'por un procedimiento muy rápido' la prórroga para la utilización del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el arma del Gobierno para inyectar dinero en las cajas de ahorros.

2. La petición

Bruselas había dado licencia al FROB para operar hasta el 30 de junio, pero el martes el Gobierno anunció que pediría una prórroga por 'prevención' ante la publicación de los resultados del examen europeo a la banca, conocido como pruebas de esfuerzo o ‘stress test'.

3. La explicación

Según el comisario Almunia, la tramitación será rápida, porque los cambios hechos por el Gobierno en el FROB y la posibilidad de que las cajas que no se fusionen también reciban dinero público 'no parecen muy sustanciales'. La aprobación del FROB, que corresponde al Ejecutivo comunitario por tratarse de ayudas de Estado, se demoró durante meses en intensas negociaciones entre Madrid y Bruselas para garantizar que España no daba a sus entidades más facilidades que otros Gobiernos europeos a las suyas. 

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