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Mosley le tenía ganas a Briatore

La FIA decidió ayer apartar a Renault y a Alonso del GP de Europa en Valencia

VÍCTOR SEARA

Nadie podía dar crédito a los papeles que se habían recibido en la sala de prensa. Uno hablaba de lo sucedido con Webber en el pitlane en su primera detención. Mal avisado por el equipo, el australiano salió rumbo a la pista cuando justo al lado pasaba Raikkonen. Esto, habitualmente, sería una sanción para Red Bull. Lo fue en 2008 en el G. P. de Europa, cuando Sutil salió sin mirar y casi se toca con otro bólido.

Lo curioso es que, mientras a Sutil, en Valencia 2008, le cayó una sanción, ayer, y por la misma causa, la jugada le salió bastante más económica a Webber. La FIA se despachó con una reprimenda al australiano, cuando la peligrosidad fue tremenda al emparejarse dos monoplazas a 100 km/hora en la calle de boxes. Ridículo.

Sin embargo, ahí no terminó todo el esperpento. Unos minutos más tarde, llegaba otro comunicado que dejaba a todo el mundo entre el estupor y la risa nerviosa: la escudería Renault era sancionada con su exclusión del G. P. de Europa, a disputarse en Valencia dentro de cuatro semanas.

El argumento es que el equipo debería haber frenado a Alonso cuando supo que la rueda, después del primer pitstop del español, estaba floja y podía desprenderse en plena pista, algo que finalmente sucedió unas cuantas curvas más adelante. Por eso han excluido al equipo de Alonso para la próxima carrera. Treinta minutos más tarde, el director deportivo de la escudería francesa presentaba la apelación.

Mucha gente ha visto aquí mano negra. Resulta desproporcionado el castigo en comparación con cualquier sanción conocida desde hace tiempo. Seguramente los desgraciados accidentes de Henry Surtees en una carrera de Fórmula 2 el piloto murió hace justamente una semana y el controvertido incidente de Massa en Hungría, con las consecuencias que hemos visto, han tenido su peso.

La rueda del monoplaza de Alonso en medio del asfalto mientras otros competidores pasaban por allí a 240 km/hora no ha sido una escena agradable. Pero excluir a un equipo por su parte de responsabilidad, es toda una injusticia. Sin ir mas lejos, cabría preguntarle a la FIA por qué no sancionó a Renault en 2006, cuando dejaron seguir rodando en pista a Fernando Alonso unos metros (hasta la segunda curva) pese a que su rueda trasera derecha estaba casi desprendida.

Las voces que apuntan a un ajuste de cuentas suenan descabelladas, pero hay que recordar que Flavio Briatore ha sido uno de los artífices del campeonato alternativo al de la FIA. Y hasta que no se vaya, Max Mosley seguirá siendo presidente de la Federación. Es una teoría, nada más.

Ahora se abren varias posibilidades. La primera es que el equipo corra bajo apelación en Valencia, algo bastante posible. Que así sea. Por el bien de Alonso. Por el bien del futuro del Gran Premio de Valencia.

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