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"Muchas de las políticas de la UE están moldeadas de acuerdo a intereses de los lobbies"

Expertos europeos demandan un registro obligatorio de los grupos de presión que actúan en Bruselas para controlar cómo afectan a la toma de decisión de las normativas

MARÍA GONZÁLEZ

'Clarificar cuáles son sus intereses y cuáles deben ser sus límites'. Ese es el objetivo que se ha fijado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre los llamados lobbies o grupos de presión en España. Durante el último debate de sobre el estado de la Nación, Rajoy anunció una regulación sobre lobbies que no estaría incluida en la ley de transparencia y que carece de una normativa concreta. La intención política es el primer paso, pero para combatir los lobbies es necesaria una legislación contundente que permita que la actividad de estos sea transparente, según recomiendan los expertos.

Bruselas es el núcleo de lobbies más grande de Europa y el segundo del mundo tras Washington. Alrededor de las instituciones europeas se agrupan las sedes de los principales grupos de presión que influyen en la toma de decisiones desde la propuesta legislativa hasta la aprobación de la misma. El registro que agrupa los lobbies del Ejecutivo Europeo y el Parlamento recoge 5.542, sin embargo expertos de distintos observatorios difieren sobre este recuento. Belén Balanya, miembro de Corporate Europe Observatory apunta que el número es menor puesto que 'algunos se registran para conseguir alguna subvención' y estima que en Bruselas hay 'entre 4.500 y 5.000 lobbies'.

Bruselas es el núcleo de lobbies más grande de Europa y el segundo del mundo tras Washington Este registro europeo en el que se inscriben los grupos de presión es voluntario por lo que en él se incluyen organizaciones que realmente no ejercen una gran presión en Bruselas y se quedan fuera otros que siguen actuando en la sombra. Los lobbies que afectan al Consejo Europeo no están contabilizados en este registro, ya que solamente recogen los de la Comisión y el Parlamento. El primer objetivo de los grupos de presión es la Comisión europea ya que es de donde provienen la mayor parte de la legislación y las políticas de la UE.

¿Pero cómo funcionan los lobbies en Bruselas? Según Lobby Planet, una guía que ha creado Corporate Europe Observatory, siguen diez precisos pasos para poder presionar en la toma de decisiones del centro europeo. En primer lugar, los lobbistas sitúan una oficina en Bruselas que llenan de expertos en diversa temática para poder situarse en el grupo privilegiado que permite asesorar durante la realización de una propuesta legislativa. El siguiente paso es acercarse a alguien con poder de decisión dentro de la Unión Europea para hacerse con contactos dentro del mecanismo comunitario. El cuarto paso que señala esta guía es pagar a un think tank para que promocione la agenda que está siguiendo el lobby y también para que realice estudios favorables a los intereses del grupo de presión. 'En muchos casos, estudios independientes han demostrado que los estudios de los think tanks son falsos', puntualiza Balanya.

A continuación, la guía asegura que los lobbies contratan una firma de abogados para escribir posibles enmiendas a las leyes que se están creando. El sexto paso es 'mezclarse con miembros del Parlamento europeo, incluyendo a sus asistentes', más adelante los lobbies tendrán que establecer un grupo central que empiece a discutir sobre el tema en cuestión. El siguiente punto es hablar sobre la pérdida de empleo que puede suponer la legislación europea que se va a tomar. 'El argumento del empleo lo utilizan de forma muy alarmista', asegura Belén Balanya a Público. La amenaza con la que apuntan a los políticos europeos suele ser un 'nos vamos a ir fuera de Europa y se van a perder muchos empleos', detalla esta experta. Tras este paso, los lobbies 'enterrarán medidas no deseadas en este proceso', es decir, intentarán eliminar las políticas con las que no estén de acuerdo. Finalmente, el lobby pasará desapercibido, focalizando la atención en el debate político.

'Sobre los lobbies, evitaré decir si son algo bueno, malo o peligroso', aclara Natacha Cigontti de Friends of the Earth Europe a Público. 'Los grupos de presión se vuelven problemáticos, primero cuando no hay transparencia total y no se puede ver quién influencia a quién, con qué recursos y sobre qué temas, y segundo cuando no hay un balance claro del poder que tienen unos grupos de interés en comparación con otros sobre el mismo tema', critica Cigontti.

Y esta situación problemática es la que vive la Unión Europea actualmente, según esta experta, puesto existe una 'clara falta de transparencia sobre quién forma parte de los lobbies de Bruselas y con qué recursos se manejan'. Belén Balanya considera que el registro debería ser 'obligatorio' y que además contuviera 'información fiable' que se conseguiría con 'un control independiente y mecanismo que obligaran a su cumplimiento correcto'.

Jan Philipp Albrecht, eurodiputado del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea y encargado de gestionar la nueva política sobre gestión de datos, cree que 'todos los miembros del Parlamento deberían publicar una lista con las organizaciones y grupos de interés con los que se encuentran'. Philipp Albrecht ofrece un listado de las reuniones que tiene con distintos entes sobre el tema que se encarga para fomentar la transparencia, pero no todos los eurodiputados lo hacen puesto que no es obligatorio. 'Es necesario saber cuáles son las perspectivas que un parlamentario ha escuchado y cuáles no', señala a Público.

Desde Alliance for Lobbying Transparency and Ethics Regulation (ALTER-EU) demandan una revisión de la normativa que envuelve el registro de los grupos de presión y demandan que sea obligatorio. Sin embargo, Koen Roovers, miembro de esta organización, señala que no está claro cuál va a ser el resultado de esta revisión'. 'Los presidentes con responsabilidad política, el europarlamentario Rainer Wieland y el comisario Maroš Šefčovič quieren que sea un proceso rápido', declara a Público. Las nuevas propuestas que se incluyen son más incentivos para aquellos que todavía no se han registrado y nuevas formas de mejorar la información que se recoge en este registro.

'Nuestro trabajo es importante para los ciudadanos europeos puesto que ayudamos a aumentar y mantener los empleos', asegura un lobbista Pascal Kerneis, director de European Services Forum (ESF), uno de los lobbies más influyentes en Bruselas, asegura que su organización 'no tiene ningún problema con la transparencia'. 'Participamos en reuniones públicas en la Comisión y en el Parlamento', señala, 'he de decir que no veo a muchas ONGs asistiendo a este tipo de reuniones'. 'Las ONGs critican el sistema pero no ofrecen mejoras técnicas', asegura Kerneis. 'Creo que la Unión Europea es mucho más transparente para la gente que quiere dar su punto de vista', añade en declaraciones a Público.

'Nuestro trabajo es importante para los ciudadanos europeos puesto que ayudamos a aumentar y mantener los empleos de millones de trabajadores y ciudadanos europeos', declara Kerneis.

 La opinión de Kerneis difiere de lo que piensa Corporate Observatory of Europe. Belén Balanya, miembro de este organismo, cree que la influencia de los lobbies tiene 'un impacto directo' en la legislación de los Veintisiete. 'Entre el 40 y el 50% de la legislación de los distintos países europeos tiene su origen en la Unión Europea', subraya, 'la falta de regulación y lo complejo de estos los procesos de decisión provoca que muchas políticas estén moldeadas de acuerdo a los intereses de los lobbies'. 'Parecen políticas lejanas pero tienen un impacto directo en la ciudadanía europea', zanja Balanya.

 El europarlamentario Jan Philipp Albrecht considera que 'los ciudadanos europeos deberían tener voz en Bruselas, ya que sus intereses no están totalmente representados en los lobbies' y añade que 'en una democracia los parlamentarios toman decisiones en beneficio de los ciudadanos'.

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