Un voraz incendio que desde hace cinco días avanza por las colinas y los bosques de Los Ángeles se ha cobrado sus primeras víctimas mortales, dos bomberos cuyo vehículo cayó por una pendiente tras salirse del camino.

El incendio arrasó el domingo otras 2.832 hectáreas, elevando a 17.199 hectáreas la superficie quemada total. Las llamas amenazan a 10.000 viviendas y están muy cerca del centro neurálgico de telecomunicaciones de la región.

Por el momento, al menos 18 viviendas han sido destruidas.

El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, ha vuelto al estado tras asistir al funeral del senador Edward Kennedy, y tras visitar la zona afectada advirtió a los residentes de que acaten la orden de evacuación por el "muy peligroso" incendio.

Las llamas podían verse extendiéndose unos 24 kilómetros por encima de las colinas, densamente pobladas, en las que se ha ordenado la evacuación de unas 2.000 viviendas. Enormes nubes de humo eran visibles desde kilómetros de distancia.

Los dos bomberos muertos eran del condado de Los Ángeles y habían estado trabajando el domingo por la tarde en el parque Angeles National Forest. Su vehículo se precipitó por una pendiente y ambos fallecieron por el accidente.

Al caer la noche, los bomberos focalizaron sus esfuerzos en Mount Wilson, donde se encuentran las torres de transmisión de emisoras de radio y televisión y de servicios de emergencia.

Varios aviones han descargado agua sobre la zona, pero el comandante de bomberos Mike Dietrich señaló que el fuego podría alcanzar las torres el domingo a última hora o el lunes temprano.

Más de 2.800 bomberos se encontraban en la zona, algunos provenientes desde lugares tan distantes como Wyoming y Montana, tratando de construir una barrera protectora de más de 160 kilómetros de largo.

Sólo el 5 por ciento del incendio, que comenzó el miércoles en la exclusiva zona residencial de La Canada Flintridge, está controlado, y las autoridades creen que las altas temperaturas y la baja humedad podrían alimentar el fuego.

Las causas del incendio están siendo investigadas.

"UN INFIERNO"

En el suburbio de La Crescenta, las calles estaban prácticamente desiertas el domingo por la tarde, a excepción de unos pocos vecinos que caminaban con sus maletas o algunas pertenencias.

Los hermanos Vince y John Bollier miraban las laderas de los montes frente a la casa de sus padres, donde el fuego sólo ha dejado montones de ceniza gris.

"La noche pasada fue un infierno", dijo Vince Bollier. "Estuvo cerca, pero no era una amenaza mortal, aunque un montón de gente lo hubiera definido como peligroso", agregó.

Otros cuatro bomberos resultaron heridos y tres civiles sufrieron quemaduras, entre ellos dos con quemaduras graves, después de intentar aguantar el incendio metidos en un jacuzzi.

Hasta ahora, los trabajos de extinción han tenido la fortuna de que no había fuertes vientos, pero muchos de los pastos y arbustos del área no han ardido en 60 años, el acceso al terreno es difícil y hay poca humedad.