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Dos musicólogos sostienen en Valladolid la reparación de órganos, oficio en vías de extinción

EFE

Un pequeño taller de restauración de órganos históricos, regentado en Medina de Rioseco (Valladolid) por los musicólogos Ana Caramanzana y Berchtold Soergel, sostiene a duras penas en Castilla y León un oficio en peligro de extinción que demanda múltiples conocimientos técnicos.

La restauración material del instrumento exige una reconstrucción histórica de la época en que se fabricó, para qué templo fue encargado, por cuánto dinero, con qué filosofía y estética, para que el arreglo sea "lo más respetuoso posible", ha explicado hoy a EFE Ana Caramanzana, musicóloga y maestra organera de formación austríaca y alemana.

"Es un trabajo muy difícil porque requiere de conocimientos técnicos como el dibujo lineal, matemáticas, acústica e incluso física", ha manifestado esta especialista que aprendió el oficio durante una estancia de diez años en el taller del maestro Hubert Sandtner, en Dillingen-Donau (Alemania).

Con posterioridad perfeccionó sus conocimientos en una especie de máster que duró dieciséis meses, impartido en Barcelona por el maestro Gabriel Blancafort, y más tarde, en 2003, abrió en Medina de Rioseco (Valladolid) su propio taller de restauración, conservación y mantenimiento junto a su marido, Berchtold Soergel, constructor de pianos, órgano y clave.

Ambos afrontan en la actualidad la reparación del órgano de la iglesia de San Martín, reabierta al culto en los últimos años tras la restauración promovida desde la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, y el de la ermita de la Virgen de Castilviejo, patrona de Medina de Rioseco (Valladolid).

A lo largo de estos seis años también han intervenido en piezas históricas procedentes de Morales de Campos (Valladolid) y Pampliega (Burgos), entre otros, dentro de una ocupación "que llegó a tener un arraigo profundo en España y a punto estuvo de perderse con las sucesivas crisis del siglo XIX", ha recordado Caramanzana respecto a las dos grandes desamortizaciones de los bienes eclesiásticos.

"Somos artesanos y queremos que el órgano vuelva a recuperar el papel que tuvo", ha reivindicado esta musicóloga, consciente también de que su reconstrucción "es también, en cierto modo, la de nuestra historia, cultura y patrimonio que devolvemos a la vida a través del estudio de las fuentes, que son las bases fundamentales para la restauración".

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