Hay tiempo, porque la muestra, que se presenta bajo el título de Leonardo da Vinci: pintor en la corte de Milán, estará presente en la National Gallery hasta el 5 de febrero de 2012. Así que, tanto si uno pasa por Londres en los próximos meses como si no quiere perderse la que es la exhibición más completa celebrada nunca de las obras pictóricas del artista, no hay que dejar de visitarla. Entre las más de 60 obras -entre dibujos y pinturas- que se podrán ver en la capital británica, una de las joyas es el célebre Retrato de Cecilia Gallerani (La dama del armiño), pintado entre 1488 y 1490, considerada como el primer retrato moderno y cuya pose, expresión y mirada remiten a la vida interior y la psicología de la dama.

Han sido numerosas las exposiciones que han tratado las distintas facetas del genio renacentista como las de inventor, científico o dibujante, pero la que llega a la National Gallery es la primera que se centra en sus técnicas y sus objetivos como pintor. Presta especial atención a las obras que creó en su época de pintor de la corte milanesa del duque Lodovico Sforza a finales de los años ochenta y noventa del siglo XV, entre ellas algunas tan famosas como La Belle Ferronière, del parisino Museo del Louvre; la Madonna Litta, del Hermitage, en San Petersburgo (Rusia); el San Jerómino, de la pinacoteca Vaticana, o la Virgen de las Rocas.

Las extraordinarias pinturas, entre lo real y lo ideal, la natural y lo divino, que se muestran en la exposición londinense descubren su búsqueda constante de la perfección en la representación de la figura humana. En la parte final, la exposición exhibe una copia a escala natural y casi contemporánea de La Última Cena, que se conserva en la Royal Academy of Art londinense, junto a los dibujos preparatorios del propio Leonardo.