Público
Público

Neoliberalismo como bandera

Feroz detractor de las ayudas públicas, Dionisio Gutiérrez se ha erigido en un auténtico poder fáctico en Guatemala

 

LORENA SEIJO

Creo en la libertad económica [...], rechazo los aranceles y el proteccionismo. Estimo que los subsidios distorsionan y sólo favorecen el contrabando y las minorías, afirmó tajante Dionisio Gutiérrez en 2006, con la misma convicción que se recitan los proverbios bíblicos, en una entrevista con un medio guatemalteco.

Dionisio Gutiérrez es uno de los empresarios con mayor poder, tanto económico como político, del país centroamericano. Su defensa a ultranza del neoliberalismo económico y su férrea oposición a cualquier régimen político socialista ha sido el punto de unión con Aznar, quien cada vez que acude a Guatemala para crear nuevos líderes latinoamericanos también se reúne con Gutiérrez para que lo entreviste en su programa de televisión y lo invite a lujosas cenas en su mansión.

Gutiérrez no oculta que estuvo «cerca» de los golpistas en dos ocasiones

En estas reuniones, Aznar se ha codeado con presidentes y ex presidentes centroamericanos, y con la flor y nata del empresariado. En la última cena a la que acudió a finales del 2007 tuvo la oportunidad de reflexionar ante el auditorio sobre las bondades de los tratados de libre comercio y la necesidad de que los gobiernos latinoamericanos sean lo más abiertos posibles con las empresas extranjeras.

Gutiérrez es copresidente, junto a su primo Juan Luis Bosch, del emporio Multi-Inversiones, que aglutina tres hidroeléctricas, un banco, siete procesadoras de pollo, empresas de pastas y grano, y su negocio más público y rentable, la cadena de restaurantes Pollo Campero.

Un tío del empresario lo ha demandado en EEUU por evasión fiscal

Su enriquecimiento exponencial también lo ha obligado a ir permanentemente rodeado de guardaespaldas. Todo guatemalteco sabe que si va a un lugar público en la capital del país y éste está tomado por un ejército de hombres de negro, con gafas de sol y pinganillo es que Dionisio se encuentra allí. Gutiérrez tiene una flota de coches blindados a su servicio, además de los helicópteros y aviones privados.

Este exitoso empresario no es admirado únicamente por su capacidad para amasar fortuna, sino por su habilidad para establecer vínculos políticos e influir en el devenir histórico del país. Se le ha acusado públicamente de haber estado detrás de por lo menos tres golpes de Estado, eso sí, todos ellos en contra de gobiernos militares, a lo que él mismo ha respondido: Del que le dieron a Romeo Lucas estuve cerca de ese proceso con los líderes de la oposición y también estuve muy cerca del movimiento cívico que derrocó a Jorge Serrano Elías.

Aunque nunca se ha postulado a ningún cargo público, se ha convertido en la sombra que ronda detrás de cada candidato a la presidencia de Guatemala que tenga una mínima posibilidad de ganar. Ninguno de los presidentes que ha tenido el país ha pasado por alto reunirse con él, aunque Gutiérrez insiste en que su capacidad para gobernar en la sombra es un mito. Mi participación en la vida cívica del país ha sido de oposición. Nunca he estado cerca del poder y no me interesa tener el oído de ningún presidente. Mi abuela me decía que dar consejos al poder es como ladrarle a la Luna, no escucha y no entiende, aseguraba en otra entrevista.

En una encuesta realizada por el diario local Prensa Libre en 2006 sobre los futuros candidatos a las elecciones de noviembre de 2007, un 17% de los entrevistados afirmó que Gutiérrez sería la mejor opción.

La popularidad del empresario se sustenta en gran medida en su programa de televisión Libre encuentro, en el que cada semana, y desde hace 15 años, el propio Dionisio entrevista a políticos y líderes sociales, pero con un estilo muy particular.

En realidad, todo el programa lleva su toque editorial. Gutiérrez no ejerce precisamente de moderador, sino que afirma, sentencia, impone y zanja las entrevistas a su antojo. Siempre y cuando no admire al entrevistado, como sucede con Aznar, al que en su último encuentro tildó de ser el responsable del milagro económico español y de poseer calidad moral suficiente para instruir a los latinomericanos en su toma de decisiones. Según estimaciones del propio programa, cada emisión es vista por medio millón de personas, transmitido por 217 canales de cable y uno nacional.

Sin duda, a uno de los personajes que Gutiérrez ha dedicado más programas es a Hugo Chávez, al que repudia. También se han ganado su odio Evo Morales, Rafael Correa, Andrés Manuel López Obrador y cualquier otro que ose defender más intervención del Estado en la economía y menos pleitesía hacia EEUU. Sus personajes más admirados son Jesucristo, Napoleón y Einstein.

Como toda familia adinerada que se precie, el clan Gutiérrez está en estos momentos enfrentado. Su tío, Arturo Gutiérrez, presentó una demanda por evasión fiscal y estafa en las Cortes de Estados Unidos en contra de la empresa Multi-Inversiones, que los afectados consideran cosas de familia.

 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias