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Noches blancas en San Petersburgo

En la capital imperial, uno de los conjuntos más impresionantes de Europa, surgió la literatura rusa. Es posible seguir las huellas de los escritores que vivieron y escribieron en la ciudad.

ÁNGEL M. BERMEJO

En 1703 Pedro I el Grande inicia la construcción de la fortaleza de Pedro y Pablo, que supondría el origen de la nueva capital de todas las Rusias. Se levantaría en el lugar donde el río Neva se deshace en mil brazos antes de llegar al mar Báltico creando un mundo de canales e islotes. El objetivo era crear una ciudad que mirara a occidente. Pensaba que la Rusia eterna, la de Moscú y los campesinos del interior, no tenía futuro. Necesitaba una ventana a Europa.

San Petersburgo surgió de la nada y por el deseo del zar. De esa época es la catedral de San Pedro y San Pablo, donde se guardan los restos de la mayoría de los miembros de la familia Romanov. Y la Perspectiva Nevski, la gran avenida, la más espectacular, el lugar donde ahora conviven los museos y las librerías con las tiendas, los restaurantes y los hoteles.

Años después, Catalina la Grande inició un segundo periodo de acercamiento hacia Occidente, convirtiendo a la ciudad en uno de los centros culturales más importantes de la Europa de su tiempo. Durante su reinado se alzaron decenas y decenas de palacios que ahora flanquean las grandes avenidas, y centenares de puentes para cruzar los canales. Y las grandes instituciones siguieron los pasos de los monarcas. El edifico del Almirantazgo o las catedrales -la de San Isaaac, la de Kazán, la de Smolny-, son las etapas de este desarrollo. El conjunto histórico está declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.



Una ciudad creada a base de decretos, con influencias extranjeras, con una arquitectura y un urbanismo desconocidos creó una ciudad propicia a las historias más extrañas. Los teatros y ballets, los cafés literarios pero también las inundaciones, la contaminación y el crimen favorecieron un estado de ánimo que creó un caldo de cultivo del que surgieron las obras de los grandes músicos y escritores rusos del siglo XIX. San Petersburgo fue la ciudad donde crearon Chaikovski y Pushkin, Musorgski y Dostoievsky, Rimsky-Korsákov y Gogol.

Para Dostoievski, San Petersburgo era 'la ciudad inventada, la más fantástica y premeditada del mundo'. Dostoievski vivió en varias casas -siempre en esquina y con una iglesia a la vista al menos desde una ventana- pero la última, en la que escribió Los hermanos Karamazov, es la que se ha convertido en museo.

Los lectores de Dostoievski se acercan también a a Stolyarny per. 5 en busca del apartamento donde vivía Rodyon Raskolnikov, el protagonista de Crimen y castigo. Otros, en cambio, opinan que la dirección correcta está muy cerca, en el número 9.

Otro de los escritores más relacionados con San Petersburgo es Pushkin, que murió a consecuencia de las heridas producidas durante un duelo. El apartamento donde vivió es ahora un museo en su memoria. Pushkin es uno de los escritores más queridos en el país que de hecho le ha dado nombre -Casa Pushkin- al museo del Instituto Ruso de Literatura de San Petersburgo.

Muchos escritores vivieron los últimos años de su vida en la ciudad imperial. Vladimir Nabokov nació allí y vivió los primeros 18 años de su vida. Parte de su casa es ahora un museo que recuerda su vida y su obra. Para él, tal como narra en sus memorias, ésta fue su única casa en el mundo, y nunca quiso comprar una vivienda en ningún lugar donde vivió. En 1917 la Revolución de Octubre obligó a su familia a dejar el país.


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