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Los novatos arrasan en los Emmy

'Modern Family' y 'Glee' triunfan en una gala donde brilló Hollywood, con galardones para Tom Hanks, Pacino y Clooney

ROBERTO ARNAZ

Abran paso, dos nuevos fenómenos televisivos confirmaron su brillante futuro en la 62 edición de los premios Emmy, los Oscar de la televisión Estadounidenses. Las comedias Modern Family y Glee robaron el protagonismo a 30 Rock y Two and a Half Men, los a priori grandes favoritos de una noche en la que la mayoría de las estatuillas acabó en manos de primerizos. La gala además sirvió para confirmar el reinado de Mad Men en el terreno dramático y para despedir a tres de las series más exitosas de los últimos años: Perdidos, 24 y Ley y Orden.

La madrugada del domingo, el Nokia Theatre de Los Ángeles vivió una inesperada y televisiva rebelión de los novatos encabezada por la revelación de la temporada, Modern Family. La serie fue elegida por la Academia de las Artes y las Ciencias Televisivas como mejor comedia en su año de debut y su creador, Christopher Lloyd, el simpático y despistado Doctor Emmet Brown de Regreso al Futuro, recibió su primer galardón como guionista. Eric Stonestreet, que interpreta al divertido y excéntrico Cameron Tucker, el mejor personaje gay de la pequeña pantalla según los televidentes estadounidenses, recogió su primera estatuilla como mejor actor secundario.

Otra comedia debutante, Glee, fue la única capaz de hacer sombra a Modern Family. La serie musical de la FOX consiguió dos de los 19 premios a los que estaba nominada. Jane Lynch ha subido por primera vez al escenario para recoger la estatuilla a mejor actriz de reparto por su interpretación de la hipercompetitiva entrenadora de cheerleaders Sue Sylvester. El creador y productor de la serie, Ryan Murphy, se hizo con la estatuilla a mejor director de comedia y se la dedicó a todos sus profesores para recordar 'la importancia de la educación artística'.

Los primerizos también se hicieron un hueco en el drama, categoría en la que el premio gordo, el de mejor serie, volvió a tener el olor a tabaco y whisky de Mad Men. La actriz Kyra Sedgwick consiguió su primer Emmy por su papel de policía de Los Ángeles en The Closer, mientras que Aaron Paul inauguró su cuenta de premios como actor dramático dando vida a un joven que se alía con su antiguo profesor para elaborar y distribuir metanfetamina en Breaking Bad. Su compañero de reparto, Bryan Cranston, se llevó a casa la tercera estatuilla consecutiva como mejor intérprete dramático. Además, otra novata, Archie Panjabi se adjudicó el Emmy a mejor actriz dramática de reparto por su participación en The Good Wife, una de las series de mayor éxito de este año, con una media de casi 14 millones de espectadores semanales.

Hollywood también brilló en la gran noche de la televisión. Al Pacino fue una de las grandes estrellas de la meca del cine recompensadas con un Emmy este año gracias a su trabajo en la miniserie You Don't Know Jack, en la que interpretó al médico Jack Kevorkian, apodado doctor muerte por practicar la eutanasia a centenares de pacientes.

George Clooney, que hizo un divertido cameo con los protagonistas de Modern Family, recogió un premio honorífico por su labor humanitaria. Clooney recibió el Bob Hope Humanitarian en reconocimiento a su compromiso humanitario y social. El actor ayudó este año a recaudar fondos para las víctimas del sismo en Haití, en otras catástrofes como el tsunami en Asia en 2004 y el huracán Katrina, y viajó a Darfur para alertar de las violaciones de derechos humanos.

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