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Una "nueva política informativa" blinda al rey contra los periodistas

Zarzuela ha vetado a los medios en cuatro actos oficiales

ANA PARDO DE VERA

 Seguimos defendiendo que el jefe del Estado no debe organizar sus actividades oficiales ignorando que ejerce su autoridad en una democracia (...) El control social que ejercen los medios de comunicación, a través de los periodistas es la mejor garantía de calidad de una democracia (...)'. Éstas son algunas líneas de la carta que la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Magis Iglesias, dirigió al jefe de la Casa de su Majestad el Rey, Alberto Aza, por partida doble.

El motivo fueron los dos vetos que la Casa Real ha hecho a los periodistas para acceder al cóctel posterior que constituye la segunda parte de dos actos fundamentales de las celebraciones institucionales al más alto nivel: la Pascua Militar, el 6 de enero, y la recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en España, mañana 15 de enero.

A estas misivas, además, les había precedido una conversación de Magis Iglesias con un representante de la máxima institución del Estado y un llamamiento hecho público en el número 15 de la de la revista de la FAPE, Periodistas, para que los profesionales puedan realizar su trabajo en los actos que preside el rey.

Pero la Casa Real no se da por aludida y mañana jueves será la segunda vez que Zarzuela impida la entrada de los periodistas acreditados para cubrir la segunda parte del acto de la recepción a los embajadores: una 'copa de vino español' (así consta en la invitación), es decir, el cóctel que el rey y su familia comparten con diplomáticos, militares, altos cargos del Ejecutivo, políticos y, en definitiva, todo aquél con quien la familia real estima oportuno. Salvo con los periodistas, ni siquiera con quienes cubren habitualmente Casa Real o Asuntos Exteriores, los más interesados en asistir a esta segunda parte del evento, en donde cabe la posibilidad de hablar informalmente y conocer a los asistentes.

Según ha podido saber Público, además, de fuentes conocedoras de las primeras conversaciones entre Zarzuela y la FAPE, la primera llegó a admitir su error por cerrar la puerta a los periodistas y se comprometió con la federación a que, al menos, los informadores habituales de Casa Real tendrían la entrada garantizada a los actos oficiales del jefe del Estado. Pero la última Pascua Militar y la recepción de mañana confirman que alguien ha decidido que es mejor que ningún periodista presencie los cócteles.

¿Cuál es la razón de este reiterado cierre de puertas de la más alta institución en las narices de los periodistas (17 de enero y 12 de octubre de 2008 y 6 de enero y 15 de enero de 2009)?

Las fuentes oficiales de la Casa Real contestan -con el tono cansino de quien ha repetido muchas veces lo mismo- que se hacen cargo, que trasladarán la queja a quien procede y que la decisión responde a la 'nueva política informativa'.

En su carta a Alberto Aza, la presidenta de la FAPE le reprocha que trate de colocar a los periodistas el argumento según el cual 'las reuniones sociales del rey tienen carácter privado, porque sería tanto como faltar a la verdad'.

Y es que a pesar de que el pasado lunes los portavoces de Zarzuela explicaron a varios medios de comunicación que el acto de mañana era una 'recepción privada para diplomáticos', ayer las mismas fuentes optaron, en conversación con Público, por obviar qué carácter tenía el acto e insistieron en 'la nueva política informativa' de la Casa Real.

Magis Iglesias pidió, por su parte, a Zarzuela que razone 'porque estamos condenados a entendernos'. Sostiene que la Jefatura del Estado, 'una institución decisiva' para España, toma así un camino equivocado que 'la aleja de los ciudadanos'.

La presidenta de la FAPE apela a la princesa y ex periodista Letizia: 'Si ella se encontrase ahora en nuestro lugar, haría lo mismo. Era una profesional que conocía perfectamente sus derechos'.

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