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La nueva versión de la tasa Tobin, un debate recurrente con pocas posibilidades de éxito

¿Qué es la tasa sobre transacciones financieras?

La tasa a las transacciones financieras internacionales que propusieron el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro francés, Nicolas Sarkozy, consiste en gravar un 0,005% las operaciones bancarias que los ciudadanos, las empresas y los propios bancos y cajas hacen entre diferentes países. Con ese dinero se quiere hacer frente a la pobreza y al hambre en el mundo, para llegar a cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre, y lograr la en-
señanza universal, entre otros retos).

No se han detallado por el momento, pero el objetivo principal sería gravar las operaciones especulativas (como las ventas de acciones en mercados extranjeros, las transacciones de derivados o el cambio de divisas). Eso supondría que tendrían que pagar la cuantía tanto los particulares como las empresas que abonan una compra internacional.

Con una tasa del 0,005% a cada operación se ingresarían 30.000 millones de euros al año para luchar contra la pobreza. Es el reto que se ha marcado Zapatero. No obstante, desde Intermón Oxfam, una de las organizaciones que más ha luchado por la implantación de esta tasa y que ha trasladado directamente su propuesta al presidente del Gobierno, se está reclamando la aplicación del 0,05%, lo que supondría un ingreso de 400.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de euros) cada año.

La creación de una tasa a las transacciones financieras internacionales se planteó por primera vez en 1971. Fue el economista James Tobin, galardonado en 1981 con el premio Nobel, quien lo propuso. Su idea -denominada después Tasa Tobin- consistía en gravar entre un 0,1% y un 0,25% los movimientos de divisas, con el objetivo de espantar a los especuladores. Nadie querría pagar esa cifra para una operación intradía (con poco rendimiento), pero no tendría inconveniente en hacerlo si su inversión era a más largo plazo, argumentaba. Desde entonces, el debate de crear una tasa similar ha surgido de forma recurrente, especialmente desde que se desató la crisis financiera. Pero los expertos creen que tiene pocas posibilidades de salir adelante.

Por ahora, sólo Francia y España defienden este impuesto. El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) lo descartó hace meses. Aun así, se planteará en la reunión que el G-20 tiene en Seúl el 11 de noviembre. Sólo funcionaría si se aplicara en todo el mundo. Si no es así, las entidades se las apañarán para que las operaciones se realicen desde los países donde no se cobra. Además, es muy complicado acordar quién recauda y gestiona el dinero, quién y cómo se decide dónde destinarlo, a qué tipo de movimientos se aplica para no castigar la recuperación económica e, incluso, en qué países se implanta para no perjudicar a los más pobres.

La abonarán los clientes. Si a una transacción se le aplica una tasa del 0,005%, será el usuario quien pague esa cantidad. Y, además, es previsible que también acaben pagando la cuantía que tienen que desembolsar las entidades financieras en sus propias operaciones.

El director general de la fundación de cajas de ahorros (Funcas), Victorio Valle, tachó ayer la creación de una tasa sobre las transacciones financieras de 'imbecilidad'. En general, las entidades se oponen de plano a cualquier impuesto que afecte al libre mercado.

La ministra de Economía, Elena Salgado, aseguró ayer que es una 'buena idea' aplicar una tasa a las transacciones financieras internacionales, pero admitió que es 'complicada' de llevar a cabo. La portavoz de la Comisión Europea, Pia Ahrenkilde, indicó que, para ser eficaz y no crear distorsiones, debería ponerse en marcha a escala mundial. No obstante, la portavoz de Fiscalidad, Emer Traynor, reconoció que ya se está examinando 'qué se puede hacer a nivel europeo sobre impuestos al sector financiero si no encontramos un acuerdo a nivel internacional'. Desde el PP, Cristóbal Montoro calificó la idea de 'retórica inútil sobre figuras tributarias inexistentes e inaplicables'.

No. La tasa a las transacciones financieras es independiente de la que se están planteando los países como ‘castigo' a bancos y cajas por la crisis financiera y como ‘prevención' para las crisis venideras. Al margen de la propuesta de Zapatero y Sarkozy, en la Unión Europea está prácticamente acordada la creación de una tasa bancaria para hacer frente a los problemas que las entidades puedan tener en el futuro.

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