Lo que parecía un incidente aislado en el tranvía de Barcelona podría ser en realidad una práctica más o menos habitual. Esa es, por lo menos, la opinión del abogado Teo Moriche, que convocó ayer una rueda de prensa para exponer otro caso de maltrato que ha sufrido un cliente suyo y estimó que en los últimos meses una veintena de usuarios del tranvía han presentado denuncias por haber sido maltratados y vejados en este transporte público.

Según explicó Moriche, la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) le ha recomendado que solicite a los juzgados que tengan casos abiertos similares que se inhiban a favor del que recibió la primera denuncia sobre agresiones similares en el Trambaix. De esta manera se unificarían los delitos, que podrían ser de usurpación de funciones ya que, según Moriche, los vigilantes de seguridad aseguran a los usuarios que son 'agentes de la autoridad' y contra la integridad de las personas dado que podrían existir numerosos casos de agresiones y amenazas.

Moriche denunció que existe un 'régimen del terror' en este medio de transporte, que enlaza Barcelona con el Baix Llobregat y el Besòs. También aseguró que algunos inspectores obtienen un sobresueldo con las multas que imponen y las indemnizaciones que consiguen al denunciar supuestas agresiones de los usuarios.

Estas acusaciones llegan después de que un joven discapacitado denunciara el pasado 30 de diciembre a dos vigilantes del Trambaix que le inmovilizaron. Los hechos fueron grabados por distintos testigos presenciales y la empresa responsable del tranvía, Tramvia Metropolità, ha abierto expediente informativo a los dos acusados, que realizan ahora trabajo de oficina.

La compañía reconoce que la actuación de los dos inspectores con el joven discapacitado fue 'desproporcionada', pero asegura no haber tenido conocimiento de ninguna otra denuncia. Por ello, anunció que se reserva la opción de tomar acciones legales si las acusaciones de Moriche fueran falsas.