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Un nuevo tratado para desbloquear al BCE

Los 17 comulgarán a medio plazo con la austeridad que exige Alemania

DANIEL BASTEIRO

Los países del euro negocian un gran salto adelante en la disciplina presupuestaria y no están dispuestos a que lo impida la complejidad que conlleva modificar los tratados de la UE. Según fuentes diplomáticas, sólo una gran reforma legal que imprima más austeridad a las cuentas públicas podrá convencer a Alemania de que afloje la presión sobre el Banco Central Europeo. 'A corto plazo, sólo el BCE puede aliviar las tensiones, pero antes [Angela] Merkel tiene que poder presentarse en su Parlamento con el compromiso de los socios', señalaron.

Entre los nuevos requisitos que podrían incluirse a petición de Berlín están la intervención de los presupuestos nacionales, las sanciones automáticas a países que superen el déficit y la deuda y la suspensión de fondos de la UE o el derecho a votar en sus decisiones. El presidente del Consejo, Herman van Rompuy, presentará un informe al respecto en la cumbre de la UE de la próxima semana. Merkel y Nicolas Sarkozy han anunciado su intención de fijar antes una posición común.

A corto plazo, la institución bancaria podría así lanzarse a comprar deuda

El pacto estará abierto a 'al menos los 17 miembros del euro' y permitirá activar las compras masivas de deuda pública que el BCE ha dosificado en las últimas semanas pese a su efecto calmante en los mercados. La semana pasada, tras reunirse, Merkel y Sarkozy calcularon el tono de sus exigencias públicas al BCE. Sarkozy proclamó el 'respeto' de ambos a su independencia, evitando 'peticiones positivas o negativas'. Sarkozy y especialmente sus ministros pedían más flexibilidad para el banco, pero no la lograron en esa reunión. Merkel pedía que se mantuviese su papel, alérgico a grandes compras de deuda, pero resaltó también su independencia. A diferencia de otras veces, se abstuvo de poner deberes a Fráncfort.

'Al BCE no le gusta que le digan lo que hay que hacer', señalan las fuentes consultadas, que recuerdan que la institución es independiente por ley. Sin embargo, su independencia 'no significa que sea insensible a la situación actual' y a las cambiantes posiciones de sus principales accionistas, los mismos que ahora apelan a su carácter autónomo en previsión de un golpe de timón. En Bruselas aún se recuerdan los días previos a la creación del fondo de rescate, en mayo de 2010, cuando el BCE abjuraba de comprar deuda pública, como otros bancos centrales, hasta que nuevos compromisos de los socios del euro le hicieron cambiar de opinión. Entre una posición y otra transcurrieron menos de cuatro días y una fuerte inestabilidad en el mercado.

Para que el BCE compre más deuda basta con un acuerdo de sus responsables. Se trata, literalmente, de que Fráncfort decida apretar un botón. Por contra, el acuerdo de los líderes europeos sobre un nuevo texto vinculante se parece más a un largo parto. La fórmula final podría tomar la forma de un tratado intergubernamental como el que regula la libre circulación o tener un rango menor, con un protocolo. Ninguno implicaría cambiar las competencias del BCE y ambos podrían incorporarse en el futuro al entramado legal de la UE cuando haya un cambio obligatorio, como el necesario para el ingreso de Croacia.

Los cambios se incluirían con motivo de la entrada de Croacia en la UE

Antes, deben definirse las competencias de las instituciones comunitarias, especialmente, la Comisión, ya que será necesario un árbitro que juzgue el cumplimiento de las nuevas normas. 'Más importante que el cómo es el qué', recuerdan las fuentes, que describen un debate 'más basado en la forma que en el fondo de lo que quiere lograrse'.

Hasta la próxima cumbre, los líderes del euro consultarán en privado sobre las distintas opciones. Si el BCE era hasta hace días un tabú para Alemania, el debate sobre los eurobonos romperá otra ley del silencio impuesta por Berlín. Diversas informaciones apuntaron ayer a la creación de 'bonos de élite', de cuyo bajo interés sólo podrían beneficiarse los países con la máxima calificación de su deuda (Alemania, Francia, Holanda, Finlandia, Austria y Luxemburgo). La Comisión Europea, que la semana pasada hizo su propia propuesta, los rechazó al asegurar que el fin último es 'mantener unida a la eurozona' y no su 'fragmentación', según Amadeu Altafaj, portavoz de Economía.

Los eurobonos culminarán un proceso y como tales serán objeto de una larga discusión. Van Rompuy ha abogado por 'una serie de precondiciones' dentro de un proceso con 'diferentes fases y criterios, como se hizo con el que llevó al euro'. Aunque a priori las instituciones europeas no contemplan reducir el número de países que se beneficiarían de la gestión conjunta de la deuda, el cumplimiento de la austeridad impuesta por Alemania podría ser condición imprescindible para acceder a ella.

Por otra parte, los líderes del euro se disponen a enmendar un error de Alemania. La cumbre se plantea reformar el fondo de rescate permanente, que sustituirá al actual en 2013, para excluir la participación de la banca privada en rescates futuros. La medida fue instaurada para Grecia y Alemania la impuso para todos los países a partir de 2013 pese al feroz rechazo del BCE. En los 27 existe el convencimiento de que la medida 'no funciona' sino que, al contrario, ahuyenta a los inversores.

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