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'Números Rojos' o cómo sobrevivir en el periodismo

La revista de análisis político y social, que nació gracias al crowdfunding, cumple un año con la vista puesta en la supervivencia económica sin depender de un mercado publicitario hecho trizas

ALEJANDRO TORRÚS

Hace poco más de un año un grupo de amigos, formado por periodistas y diseñadores, se juntaron en un bar, la cuna de toda gran idea, sin saber qué aventura les depararía el éxtasis de la malta. Como todo grupo de amistades cuya profesión está relacionada con el periodismo, la conversación no dejó de girar entorno a la situación del viejo oficio de contar cosas, los lamentos y los lloros por la exigua prensa que se autodenomina de izquierdas y la deprimente imagen que ofrece cada mañana el quiosco nacional.

Cerveza a cerveza, y tras solucionar los problemas del mundo capitalista en varias ocasiones, el grupo de amigos se fue animando con propuestas cada vez más atrevidas hasta que llegó el orgasmo colectivo que se tradujo en la idea que hoy nos trae hasta aquí: fundar una revista de izquierdas y en papel. Sí, sí. Como suena, de izquierdas y en papel. Espíritu suicida el suyo. Tal proyecto no podía encontrar un nombre mejor que Números Rojos, toda una declaración de intenciones que adelanta el estado de sus cuentas.

La revista debía incluir los temas que tantas veces les han tenido debatiendo alrededor de la mesa del bar: la teoría del decrecimiento, la doctrina del shock, las alternativas al sistema capitalista, los mircromachismos, el precario milagro alemán, los desahucios o los intereses ocultos de la ley electoral. Temas de actualidad tratados desde el prisma de la reflexión, el debate y las ideas. Porque Números Rojos debe ser un lugar común donde reconstruir un presente que está asfixiando económica y legalmente a los ciudadanos.  

La revista se financia con las ventas y no admite publicidad Pero más allá de los temas y de su tendencia sociopolítica había un aspecto fundamental que debía otorgar la personalidad necesaria a la nueva publicación: la estética. Cuando varios periodistas nos ponemos en un proyecto solemos pecar de olvidar algo tan importante y necesario como es la belleza de la maqueta, la ilustración y la buena fotografía. Una cosa es ser de izquierdas y otra es crear un panfleto libertario anárquico en las formas. ‪La mayoría de los que participan en el proyecto provienen de revistas de estilo de vida, de contenido más superficial pero con un diseño muy cuidado, y han aplicado esa estética a un proyecto comprometido. ‬

Al día siguiente del parto mental, con la resaca que dejan las grandes ideas, había que pensar en cómo sufragar los gastos de una revista. De las maltrechas cabezas que iniciaron este proyecto suicida surgieron varias ideas: “¿Atracar un banco?” No era el mejor momento. Aún no se había aprobado el rescate, perdón, la línea de crédito a las entidades financieras en condiciones favorables. “¿Apostar al blackjack?” Tampoco. No parecía viable que ningún político español aceptara las condiciones que impone el proyecto Eurovegas. “¿Publicidad de empresas de izquierdas?” ¿Publicidad de dónde?

Se creó gracias a las donaciones desinteresadas de 155 lectores

La revista recurrió entonces a los lectores potenciales mediante el crowdfunding y 155 futuros seguidores pusieron su granito de arena y ayudaron a la cabecera a conseguir el 120% de lo solicitado. El sueño estaba en marcha pero la utopía no había hecho más que empezar. Un año y cuatro números después de su creación, Números Rojos sigue en la brecha, tal y como se titula el cuarto número de la publicación.

Al proyecto nos hemos incorporado muchos otros descerebrados a los que también nos puede las ganas de hacer un periodismo reflexivo, calmado y que no tenga ni el más mínimo lazo con ninguna entidad financiera. Un periodismo cuya bandera sea la honestidad y permita la comunicación abierta con sus lectores. O dicho de otro modo un periodismo cuyo principal objetivo no sea comerciar con la información.

Pero de las palabras bonitas y los ideales de cambio no se vive. A todos nos encanta que un medio de comunicación pueda sobrevivir sin publicidad y en papel. Pero para ello no basta con el activismo de Twitter. Los lectores critican y reclaman nuevos medios de izquierdas que ayuden a comprender los recortes, llamados ajustes, del Gobierno o el rescate a la banca o que nos explica dónde ha ido a parar nuestro dinero y complementen a los ya existentes.

En estos tiempos que corren, sin embargo, pocos están dispuestos a pagar por el trabajo periodístico. La frase de la información es poder ha quedado inutilizada por la maraña de informaciones parciales, teletipos y titulares jugosos que inundan nuestras pantallas. Números Rojos, como proyecto periodístico, nació únicamente gracias al dinero e interés de sus lectores y de ellos queremos seguir nutriéndonos.

Porque si el periodismo existe es gracias y únicamente a los que están al otro lado: los lectores. Sin ellos no hay información ni periodistas. Existe un periodismo independiente pero hay que leerlo... y apoyarlo.

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