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Obama apuesta por las obras públicas para salir de la crisis

El presidente de EEUU anuncia una inversión de 39.000 millones en carreteras, aeropuertos y ferrocarril. Su nuevo plan de estímulo incluirá ayudas para gastos en I+D y otros incentivos

ISABEL PIQUER

El presidente de EEUU, Barack Obama, ha decidido que la salida de la crisis pasa por las carreteras y otras obras públicas. El presidente estadounidense, algo corto en medidas para relanzar un país que no parece salir del estancamiento económico, anunció un programa de 50.000 millones de dólares (39.000 millones de euros) en infraestructuras con la esperanza de que una nueva inyección de capital público reanime la maltrecha economía.

El ambicioso plan de Obama, que también quiere renovar la red ferroviaria y aeroportuaria en los próximos seis años, necesitará la aprobación del Congreso. Ahí empiezan los problemas. En plena campaña electoral, ni siquiera los demócratas están dispuestos a respaldar nuevos gastos públicos.

Pero las escasas perspectivas legislativas no parecen desanimar al presidente estadounidense. En Milwaukee, Obama trazó un ambicioso plan, parte del paquete de nuevas medidas con el que Washington espera sacar al país del paro (cuya tasa se eleva hasta el 9,6%), del estancamiento económico y del constante peligro de una posible deflación.

Obama también conmemoraba el llamado Labor Day, el Día del Trabajo (el 1 de mayo, pese a tener su origen en la matanza de Haymarket, en Chicago, en 1886, no se celebra en Estados Unidos), que oficialmente marca el fin del verano.

Obama trata de sacar al país del estancamiento y del alto nivel de paro 

La Casa Blanca tiene previsto dedicar esta semana a la crisis. Mañana Obama hablará en Cleveland de las deducciones fiscales con las que espera recompensar a las empresas que inviertan en I+D, y el viernes, en rueda de prensa, debería detallar las otras medidas de las que lleva hablando una semana, sobre otros incentivos para reanimar la economía.

Para tranquilizar a los congresistas demócratas y ganarse el apoyo de los republicanos, cuyo gran argumento electoral de cara a las legislativas del 2 de noviembre es que Obama está llevando el país a la ruina, el equipo presidencial tiene previsto proponer fórmulas alternativas de financiación de los nuevos proyectos, para evitar el incremento del déficit. Uno de ellos es reducir las ayudas a la prospección petrolífera, una idea que no se aparta demasiado de la política actual: las carreteras en este país no se financian con peajes sino con los impuestos (mucho menores que en Europa) sobre la gasolina.

Cierto es que las infraestructuras en Estados Unidos, muy especialmente la ferroviaria, están bastante maltrechas. No existe enlace directo entre Los Ángeles y San Francisco, y el supuesto tren de alta velocidad que une Nueva York a Washington tarda casi tres horas en recorrer 400 kilómetros.

El problema es que el programa no tiene garantizado el aval del Congreso

El Gobierno, dijo Obama, quiere reconstruir 6.400 kilómetros de autopista, crear 24.000 kilómetros de vía férrea (lo suficiente para cubrir todo Estados Unidos) y rehabilitar 250 kilómetros de pistas de aeropuerto .

En su discurso, el presidente estadounidense, como siempre, pintó un panorama algo desolador. 'Los problemas a los que se enfrentan las familias trabajadoras no son nuevos pero son mucho más graves. Por eso, nuestra voluntad es aún más urgente. Durante generaciones la clase media estadounidense que construyó la economía de nuestro país fue la envidia del mundo. Debe volver a serlo'.

Asimismo, se mostró ambicioso ante el plan recién anunciado. 'Vamos a modernizar 241.401 kilómetros de carreteras en los próximos seis años. Lo suficiente para dar la vuelta al mundo seis veces. Vamos a construir y mejorar 6.437 kilómetros de la red ferroviaria', dijo.

El inmenso programa de incentivos públicos que desplegó el Gobierno en los momentos más duros de la crisis (inicialmente 787.000 millones de dólares que ahora se estiman en 814.000 millones) ya hablaron en su momento de renovar las infraestructuras. Esta nueva propuesta de Washington, además del incentivo electoral inmediato, tendría como objetivo cambiar las deficiencias a más largo plazo, asegura la Casa Blanca.

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