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Obama, Clinton, Palin y los demás superhéroes

El maridaje entre cómic y política vive una especie de edad de oro en Estados Unidos

A. V.

El maridaje entre cómic y política puede resultar indigesto en otras latitudes, pero vive una especie de edad de oro en Estados Unidos. En especial, desde que un presidente tan comic-friendly como Barack Obama, admirador confeso de superhéroes como Batman y Spiderman 'por su pesadumbre interior', accedió al Despacho Oval en 2008.

De hecho, Obama debió ver cumplido uno de sus sueños de infancia al figurar en una de las últimas entregas de Spiderman, que batió récords de ventas, en el que el superhéroe tenía la misión de salvar al inquilino de la Casa Blanca. Geek del comic y forofo del multiculturalismo, Obama elogió recientemente a The 99, una serie sobre los primeros superhéroes musulmanes, que el presidente considera que ayudan a potenciar la tolerancia intercultural.

En Europa, se prefiere la sátira política en viñeta que el cómic narrativo y riguroso

Otros protagonistas de aquella campaña presidencial ya se habían infiltrado en el mundo de la viñeta durante los meses previos a la cita con las urnas, como Hillary Clinton y Sarah Palin, que protagonizaron varios volúmenes más o menos humorísticos. Clinton, a quien no se le conocen filias respecto al submundo del cómic, protagoniza también un cómic de reciente aparición, Political Power, que resume su acceso a la secretaría de Estado. Su editor, Darren Davis, asegura que ha querido 'mostrar las maquinaciones ignoradas por los medios de comunicación' que convirtieron a Clinton en jefe de la diplomacia estadounidense.

El presidente de EEUU apareció en una entrega de Spiderman que batió récords de ventas

Mientras tanto, Palin protagonizó durante meses un duelo semanal con Obama en las páginas de la revista del envejecido imperio Archie, que logró sacudirse el polvo y lanzarse a la conquista de un público joven y hipster, que leía las viñetas con ironía mal disimulada, pero que por lo menos pasaba por caja. Al final de su enfrentamiento, Obama y Palin hacían las paces bebiéndose juntos un batido en el diner de la esquina...

En la vieja Europa, geopolítica y cómic no son términos incompatibles desde los tiempos de Tintín y Astérix. Más recientemente, Jean-Yves Ferri convirtió a De Gaulle en héroe de cómic en un excelente volumen del que ya prepara una continuación. Se trata de una de las pocas excepciones a la regla. En Europa, se sigue prefiriendo la sátira política al cómic narrativo y riguroso. Por ejemplo, Nicolas Sarkozy y su ex contrincante Ségolène Royal han sido protagonistas decenas de volúmenes humorísticos. Lo mismo se puede decir de la canciller alemana, Angela Merkel, que fue objeto de una biografía en 2009, Miss Tschörmänie, que parece cualquier cosa menos un elogio de la dirigente.

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