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Obama envía 30.000 soldados más a Afganistán

Reuters

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el martes que enviará 30.000 soldados más a Afganistán hasta el próximo verano para luchar contra la creciente insurgencia talibán, y señaló que planea iniciar la retirada de las tropas en 18 meses.

El objetivo, según dijo en un discurso televisado en horario de máxima audiencia, es reforzar el combate contra los talibanes, asegurar los centros claves y formar a las tropas afganas para que puedan asumir la seguridad, permitiendo la retirada estadounidense a partir de julio de 2011.

"Como comandante en jefe, he decidido que el envío de 30.000 efectivos adicionales a Afganistán es vital para los intereses de nuestra nación. Después de 18 meses, nuestras tropas comenzarán el regreso a casa", dijo Obama a los cadetes de la Academia Militar de West Point, en Nueva York.

El calendario que fijó supone que las tropas comenzarán el regreso antes de su presumible campaña de reelección en 2012. Su estrategia parece un intento no solo de vender su cambio en la estrategia a los estadounidenses cansados de la guerra sino también de presionar al presidente afgano, Hamid Karzai, para que acabe con la corrupción en su Gobierno.

El general al mando de las tropas occidentales en Afganistán, el estadounidense Stanley McChrystal, dijo posteriormente que Karzai apoya el refuerzo, aunque enfatizó que hay que explicar esta decisión a los afganos.

"Fue muy positivo. El presidente se mostró muy optimista, muy decidido", dijo el general tras reunirse con él en Kabul, y añadió que el número adicional de soldados "supondrán una enorme diferencia". En Afganistán ya hay 68.000 tropas estadounidenses.

Aliados como Francia y Reino Unido también mostraron su apoyo. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, calificó el discurso de "valiente, decidido y lúcido, que da un nuevo impulso al compromiso internacional y abre nuevas perspectivas", aunque no indicó si su país enviará más tropas.

El primer ministro británico, Gordon Brown, pidió el respaldo de los países de la coalición. Reino Unido anunció esta semana que sumará 500 efectivos a los 9.000 que ya tiene en Afganistán.

"Es un enfoque valiente y no hay garantías de éxito", dijo el antiguo analista de la CIA Bruce Riedel, que aseguró que es "una terapia de choque para Afganistán". "Las guerras tienden a gastar las presidencias, y esta es ahora la guerra de Obama".

En el país asiático, no todos estaban de acuerdo.

"El presidente Obama está muy lejos de la realidad y la verdad en Afganistán", dijo el diputado Shukriya Barakzai. "Su estrategia es hablar por hablar y no se centra en los civiles, la reconstrucción del país, la democracia y los derechos humanos".

SE ACABÓ EL "CHEQUE EN BLANCO"

En un discurso de 34 minutos, Obama recordó el espíritu de unión entre los estadounidenses tras los atentados del 11-S y advirtió que los extremistas están planeando nuevos ataques.

"No tomo esta decisión a la ligera. Tomo esta decisión porque estoy convencido de que nuestra seguridad está en juego en Afganistán y Pakistán".

Y defendió la decisión de fijar una fecha para la retirada: "La ausencia de un marco temporal para la transición nos privaría de cualquier sentido de urgencia a la hora de trabajar con el Gobierno afgano".

Este anuncio se ha retrasado varios meses, tras las elecciones presidenciales de agosto, que acabaron con la victoria de Karzai pero que iban a ir a una segunda ronda que finalmente se anuló por la retirada de su rival. Una investigación patrocinada por la ONU determinó que un tercio de los votos del presidente afgano fueron amañados.

Obama habló con él antes de su discurso, y dejó claro que tiene entre 18 y 24 meses para hacer progresos en la lucha contra la corrupción.

"Los días del cheque en blanco se han acabado", afirmó.

También dijo que confía que los aliados envíen refuerzos.

"Nuestros amigos han luchado, sangrado y muerto junto a nosotros en Afganistán. Ahora, debemos unirnos para poner fin a esta guerra de manera exitosa", dijo.

"Porque lo que está en juego no es simplemente una prueba de la credibilidad de la OTAN. Lo que está en juego es la seguridad de nuestros aliados y la seguridad común del mundo", agregó.

Poco después, el secretario general de la OTAN dijo que espera que sus aliados brinden al menos 5.000 soldados adicionales para Afganistán y posiblemente unos pocos miles más.

"Hay 43 países en terreno bajo comando de la OTAN y estoy seguro de que otros aliados y socios también realizarán un aumento sustancial en sus contribuciones", dijo Anders Fogh Rasmussen en un comunicado.

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